ENTREVISTA CON EL ESPECIALISTA EN ENERGÍA RENOVABLE OSVALDO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
¿ Qué son las energías renovables?
Las energías renovables provienen de los recursos naturales y son prácticamente inagotables porque se pueden utilizar de manera permanente al regenerarse a través de medios naturales o por la gran cantidad de recurso existente. Su utilización conlleva beneficios porque no emiten gases de efecto como el CO2, que genera el uso de hidrocarburos como la gasolina, por lo que el impacto ambiental es mínimo.
Existen diversos tipos de recurso sustentable, como: energía eólica, geotérmica, hidroeléctrica, mareomotriz, solar, undimotriz, biomasa y biocombustibles. Además, se dividen en dos categorías: no contaminantes y contaminantes. En las primeras está la energía azul, que se genera cuando el agua dulce entra en contacto con la salada. La solar se genera del sol, la eólica proviene del viento, la geotérmica del calor de la Tierra, la hidráulica o hidroeléctrica de los ríos y corrientes de agua dulce, la mareomotriz nace de los mares y océanos y la undimotriz de las olas.
Las fuentes de energía renovables no contaminantes destacan porque tienen diversas ventajas, la primera es su nulo impacto ambiental; la segunda es que, en algunos casos, pueden producirse de forma casera.
Las energías renovables contaminantes se obtienen de la materia orgánica o biomasa, las cuales se pueden usar directamente como combustible, por ejemplo, la madera, la materia vegetal sólida o la que se convierte en bioetanol mediante procesos de fermentación orgánica. No obstante, estas últimas emiten dióxido de carbono, gases de efecto invernadero y a menudo contaminan más porque su combustión no es tan limpia. Se incluyen dentro de las energías renovables debido a que no se agotará el recurso mientras puedan cultivarse vegetales.
Actualmente, las energías renovables representan un 20 por ciento del consumo mundial de electricidad, del cual un 90 por ciento tiene un origen hidráulico. Alrededor de un 80 por ciento de las necesidades de energía en las sociedades industriales occidentales se centra en torno a la industria, la calefacción, la climatización de edificios y el transporte. Sin embargo, la mayoría de las aplicaciones de la energía renovable a gran escala se concentran en la producción de electricidad.
¿Nuestro país cuenta con la tecnología necesaria para desarrollar energía renovable, o bien, qué se requiere para aumentar su implementación? En comparación con otros lugares del mundo, México tiene el potencial para desarrollar este tipo de energía porque cuenta con regiones sumamente privilegiadas de recursos naturales que permiten generar la energía renovable, como por ejemplo La Ventosa, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, que concentra el 76.8 por ciento de la energía eólica del país.
Del total de energía que se produce en México, actualmente se consume el 25 por ciento de energías renovables. Las fuentes que más se utilizan son: la hidroeléctrica, que contribuye con el 17 por ciento; el biogás, que genera el 12 por ciento; la solar fotovoltaica, de la que se obtiene el 0.62 por ciento; la energía eólica, que representa el 5.32 por ciento; y la geotérmica, que produce el 1.23 por ciento.
Por tanto, se tiene el potencial para generar energía renovable, pero se requiere de la tecnología necesaria para implementarla, lo cual no debería ser un impedimento porque en los últimos años los costos de generación son más competitivos. Aunque los equipos tecnológicos de energía eólica se importen desde China o Europa, aun así, en el futuro se obtendrán más beneficios económicos y ecológicos para nuestra nación.
Además, el costo de un módulo fotovoltaico es similar al que se requiere para producir electricidad con carbón o gas. Sin embargo, el problema es su intermitencia con la radiación solar, porque en las noches obviamente no se genera electricidad. La solución sería complementar su uso con las fuentes tradicionales de energía, y aun así se reduciría mucho el impacto ambiental.
¿Las energías renovables conllevan impactos ambientales?
Cabe recordar que hace apenas unos años, toda la electricidad se generaba a través del carbón o combustibles de origen fósil, lo que provocó un aumento significativo del calentamiento global. Por esta razón, las fuentes renovables son una buena alternativa para cuidar el hábitat al no emitir contaminantes en la atmósfera.
No obstante, aunque en menor proporción, también generan impactos ambientales porque básicamente cualquier tecnología que se implemente en la naturaleza altera de alguna manera el ecosistema. Por ejemplo, las aves migratorias se impactan con las aspas de los aerogeneradores, provocando la reducción de su población, o bien, que modifiquen su ruta migratoria. Con el tiempo, diversos estudios han demostrado que han aprendido a esquivarlos y por tanto se ha reducido el registro de muertes. En cuanto a las centrales hidroeléctricas, la tecnología también era un obstáculo para la emigración de ciertos peces. Estos problemas no se pueden dejar a un lado, pero en comparación con los impactos ambientales que genera el combustible fósil, son menores.
¿México se ha comprometido a utilizar energía renovable?
A partir de la creación de la Ley General del Cambio Climático, en nuestro país se generó un fondo para impulsar proyectos de sustentabilidad energética, con el cual se detectó que, para lograr su implementación y desarrollo, es necesario capacitar personal con miras al 2030. En este sentido, la tarea es muy grande. Hace falta personal, desde técnicos hasta profesionistas e investigadores especializados en el tema. Se estima que en la actualidad se requieren 135 mil personas dentro del sector energético para implementar dichas tecnologías.
El gobierno adquirió estos compromisos a nivel internacional con la finalidad de mitigar los efectos del cambio climático al disminuir la emisión de gases efecto invernadero en la atmósfera. Además, con la Reforma Energética se pretende diversificar la matriz eléctrica a partir de la apertura de compañías privadas en el sector eléctrico, para que promuevan el uso de estas fuentes renovables de energía.
En el 2016 el secretario de Energía presidió la Primera Sesión Ordinaria del Consejo Consultivo para la Transición Energética, en la cual se presentó el documento de la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios, que establece las metas de generación de energías limpias: en el 2024 se producirá el 35 por ciento; el 37.7 por ciento en el 2030, y para el 2050 la generación eléctrica total será del 50 por ciento.
Con ello se planteó la meta de reducir la intensidad energética por consumo final para el periodo del 2016 al 2030 del 1.9 por ciento, y para el periodo de 2031 a 2050 del 3.7 por ciento, con un promedio de 2.9 por ciento.
Frente a estas propuestas, está claro que México cuenta con planes de desarrollo, crecimiento e inversión, principalmente en dispositivos de energía solar, energía fotovoltaica y energía eólica, las cuales se están implementando a nivel mundial con mayor éxito. Por tanto, en los próximos 30 años continuará la instalación de esta tecnología para generar energía limpia.
¿Cuáles son los principales retos en torno a la energía renovable?
México continúa en el camino para efectuar dicha implementación, pero en comparación con otros países está rezagado en la materia. Aunque eso depende del país con el que se compare, por ejemplo, a pesar de que Estados Unidos es un gran consumidor de electricidad, Donald Trump se negó a adquirir el compromiso a nivel mundial para implementar estas tecnologías, al considerar el cambio climático como un mito, lo cual ha frenado su implementación. En contraparte, en Europa y Asia la tendencia es su adaptación y promoción.
En el caso de nuestra nación, se debe reconocer que aún falta infraestructura gubernamental, personal capacitado, así como regulación y soporte social que garanticen la instalación de dichas tecnologías para generar verdaderos beneficios sociales y económicos.
Como lo mencioné anteriormente, si se pretende fortalecer este sector, es necesario contar con profesionistas capaces de divulgar y difundir información sobre el beneficio que conllevan las energías renovables. Debido a que precisamente otro inconveniente es que, aunque ya se podrían colocar aerogeneradores en todas las regiones del país, la sociedad e incluso las instituciones educativas desconocen estas alternativas porque se carece de información.
Actualmente están instalados aproximadamente mil aerogeneradores; en los próximos 15 años se estima que serán alrededor de cuatro mil. No obstante, a pesar de la demanda no se cuenta con la cantidad necesaria de industria especializada y personal capacitado en México. Asimismo, el sector no tiene empresas especializadas que brinden diversos servicios, como dar mantenimiento a las granjas eólicas que llevan instaladas más de diez años en nuestro país.
Quizá si nos apoyamos en la experiencia de empresas trasnacionales desarrollemos con éxito esta implementación, aunque no debemos olvidar que la experiencia es distinta en cada país, porque incluso las temperaturas europeas varían de las latinas, por lo que hace falta adecuar las propias tecnologías.
Otro aspecto sumamente importante es que la experiencia social generada por la implementación de estos proyectos no ha sido del todo positiva. En la zona del Istmo hay múltiples problemas sociales porque no existe legislación ni soporte institucional que garantice un desarrollo equitativo.
Asimismo, en esa región hay grandes empresarios que cuentan hasta con dos aerogeneradores para obtener ganancias económicas, pero la gente no tiene ni uno pequeño en su casa, aunque el recurso es abundante; el problema es la carencia de incentivos e información. Por tanto, se requiere abrir el sector energético a nivel macro para establecer adecuadamente las instalaciones.
¿Qué incentivos existen en nuestro país para implementar el uso energías renovables?
Aunque México tiene un gran potencial, no se aprovechan las tecnologías como deberían, por ejemplo, en Morelos existe mucha radiación solar, pero en los hogares no hay módulos fotovoltaicos porque el gobierno mexicano no promueve las fuentes renovables a través de estímulos gubernamentales, como sucede en otros países.
California es una de las ciudades estadounidenses con mayores compromisos y adelantos en el tema de la electrificación del transporte, porque el gobierno ofrece estímulos económicos a los ciudadanos que adquieren un auto eléctrico, ya que prevén que al frenar la contaminación ambiental se evitan enfermedades respiratorias y, por ende, gastos en el sector salud.
A nivel mundial se observa el uso masivo de autos eléctricos, así como el transporte público eléctrico. En nuestro país, a pesar de que la gente esté comprometida con el uso de las fuentes renovables, se compra el auto que se puede costear, pues prácticamente es un lujo comprar un auto eléctrico, que vale medio millón de pesos.
Los módulos fotovoltaicos cuestan más de 100 mil pesos y, sumado a ello, realizar un contrato con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) resulta complicado; pareciera que el único incentivo para el usuario es que con el tiempo disminuirá el recibo de luz.
En la Ciudad de México existe un gran número de muertes relacionadas con enfermedades respiratorias que se podrían evitar con el uso de las fuentes renovables, pero se requiere de políticas públicas que permitan una mayor penetración de dicha industria.
En nuestro país hay un fideicomiso sobre el aprovechamiento de energía que consiste en pagarle al Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE) en vez de abonarle a la CFE, ya que el Instituto cuenta con un esquema de financiamiento donde el usuario o las empresas pagan los módulos fotovoltaicos en tres años y después sólo obtienen ganancias económicas, aunque esta iniciativa no tiene el impulso suficiente.
¿Qué papel juega la formación de recursos humanos?
En México no se cuenta con especialistas formados en energía eólica, por ello, el Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM implementó la primera licenciatura en Ingeniería en Energías Renovables en 2011. El sector energético requiere personal informado y capacitado que sea capaz de desarrollar adecuadamente esta tecnología en el país.
Frente a esta demanda, invito a los ciudadanos a que visiten la página www.ier.unam.mx, donde se publica la oferta académica, así como los programas de maestría y doctorado, para que consulten el amplio catálogo de proyectos interesantes que se desarrollan al interior del Instituto.
Por último, cabe recordar que el IER nació como laboratorio de energía solar en los años ochenta, desde entonces se visualizaba la oportunidad de utilizar la energía del sol para satisfacer nuestras necesidades energéticas. Fue así que evolucionamos de laboratorio a Centro de Investigación en Energía Renovable, lo que genera un compromiso para divulgar el conocimiento sobre temas relacionados con las fuentes renovables, como la energía eólica, los biocombustibles y la geotermia, porque es un sector que necesita estar fortalecido a través del profesionalismo de recursos humanos.