¿Qué es Playing for Change Day y cómo entraste a este movimiento?
Playing for Change Day, es un día global en el que cualquier interesado puede hacer un evento para recaudar fondos, destinados a una fundación que se llama Playing for Change, que tiene ya más de diez años de antigüedad.
La idea de la fundación es llevar la educación musical a lugares marginados y poco favorecidos. Lo que se busca es acercar a la gente a la experiencia musical y artística. Está demostrado que la educación musical ayuda en la formación el peracadémica. Muchos músicos han afirmado, que la música y las matemáticas, por ejemplo, van de la mano.
Playing for Change, se promociona con un sistema que le llama Sounds Around The World. Lo que se hace es escribir una canción y la pista la van grabando distintos músicos en diferentes partes del mundo, después se genera un video y con éste se van promocionando. Tienen ya tres discos y una banda que hace giras por todo el mundo.
Yo los escuché, me inscribí en la lista de correos electrónicos y me llegó la información del Playing for Change Day. Este es apenas el cuarto que se hace, participé hace dos años y también este año, en septiembre pasado.
La idea es que uno organiza cualquier tipo de evento, lo que se le ocurra, desde algo muy estructurado, un concierto o algo así, hasta ponerse en una esquina con una guitarra, y junta dinero que se dona a la fundación para que ellos puedan mantener o ampliar, los ocho programas de educación musical que tienen en África y Asia.
¿Cómo preparaste los eventos para recaudar fondos?
Hace dos años, por contactos que tenía con otras personas y pensando en que el proyecto se trata de llevar educación musical a los niños, hicimos un concierto y una muestra de baile: danza árabe, salsa casino y ensambles de una escuela de música, todo efectuado por niños.
Esta última vez, ya con la experiencia anterior, pasamos la voz a la gente que le podía interesar y ahí decidimos qué tipo de evento hacer. Lo hicimos a la inversa, pensando: “sabemos a dónde vamos, pero no sabemos cómo vamos a llegar”. Así que primero determinamos quiénes podían participar y ya sabiendo esto pensamos cómo hacerlo.
¿Cuánto dinero lograste recaudar?
Fueron 360 dólares, que no es mucho pero es más de lo que se recaudó en la mayoría de los otros eventos en el mundo. Otra cosa que también hicimos esta última vez y que nos ayudó mucho, porque significó la mitad de la recaudación, fue invitar a fotógrafos que donaron fotos y les fijaron un precio de 500 pesos, si se vendía la foto todo iba para la donación.
La semana pasada, Playing for Change cerró las cuentas de cuánto recaudó en todos los eventos y nuestros 360 dólares, están por encima del promedio recaudado a nivel mundial. Nos sentimos orgullosos pero a la vez es triste ver las cifras, porque de diez eventos que hubo en México, nuestra aportación fue el 96 por ciento de lo que se juntó, casi fuimos los únicos que donamos.
Platícame un poco sobre “ColectArte”, proyecto encabezado por ti. ¿En qué consiste?
Bueno, no soy sólo yo, somos tres fundadores. “ColectArte” nació el día de la junta de la coordinación para el evento de Playing for Change. Viendo el interés de las personas, decidimos que íbamos a formar un colectivo de artistas con el puro objetivo de “ColectArte”, que es un juego de palabras entre la parte artística y la colecta. Yo soy un fiel creyente de que las conexiones pueden sacar adelante muchos proyectos y la era digital, con todo el tema de redes sociales, abre abanicos de oportunidades muy interesantes.
Así que se nos ocurrió el nombre de “ColectArte” y estamos invitando a toda la gente que ha participado en Playing for Change, y a todos los artistas en general, con la idea de generar más eventos.
Entonces, “ColectArte” es una plataforma que pretende darle un empujón a los artistas ¿A cualquier tipo de artista?
Sí, en principio es para cualquier artista. Claro que las disciplinas son muy distintas, no es lo mismo un músico que un actor, tendremos que encontrar la manera de darle salida a ambos. Si me permites el ejemplo, pensando en la cadena productiva –aunque me queda claro que puede sonar frío hablar del arte en términos de procesos de producción industrial, pero al final lo es–, en el momento que algo tiene un precio se convierte en un producto, por lo menos en ese momento, puede ser un producto sublime, sensible y demás, es cierto, pero al final sigue siendo un producto.
En ese sentido, se tiene que involucrar a más personas en la etapa del proceso productivo. Lo que estamos empezando a desarrollar (porque apenas llevamos un mes trabajando en el proyecto), es identificar todas las etapas del proceso en donde debemos tener a, por lo menos, un agente. Si se trata de un libro, por ejemplo, tenemos que entender el desarrollo que puede tener y hacia qué canales puede ir, la intención sería, desarrollar el sitio web en ese sentido.
Este trabajo que estás haciendo es una tarea que también tendría que hacer el Estado, y no es ningún secreto que lo hace bastante mal, por lo menos, en términos de estímulos y difusión cultural y artística.
Me parece que en este sentido hay tres rubros diferentes: cultura, arte y entretenimiento, mismos que en algún momento se van a tocar. En términos de apoyo, están las becas del FONCA a creadores, las cuales sí sé que tienen un proceso muy cuidadoso y minucioso de selección de artistas y están enfocados principalmente al arte.
Sin embargo, me parece que el apoyo al arte está relegado porque para las prioridades obvias del país el dinero no alcanza; y si no alcanza para éstas, para las que no son tan obvias, o no son tan prioritarias, pues menos.
También creo, y lo digo en términos generales, que el artista se tiene que sacudir el paternalismo mexicano. Si ya tiene un producto artístico hecho, se enfrenta a dos opciones: ver que lo que ha creado permanece inmóvil y decir, “pues ni modo, así es la vida y así son las cosas”, o pensar cómo puede movilizar su libro, su pintura, su disco, etcétera.
Exigirle a alguien que haga algo que notoriamente no hace o que lo hace mal, es absurdo, ya sea el gobierno o una empresa privada, es una pérdida de tiempo esperar que quien no ha hecho nada , de repente lo vaya a hacer.
Si un artista se pone en contacto contigo ¿Qué puede esperar de “ColectArte”?
Lo primero sería ver qué necesita ese artista y qué busca, ver si tiene claro este tipo de cosas. Quizá una primera gran aportación sea justo esa, darle claridad, darle un orden a lo que está haciendo. Es como una casa ¿tiene bien la obra negra o no? Porque sino está bien cimentada la estructura, todo lo demás se va a caer.
Un nuevo artista y una nueva oportunidad siempre va a exponenciar el número de miembros del colectivo, porque si viene un bailarín de danza contemporánea o un pintor y no tenemos a nadie que pueda ayudarle, lo vamos a tener que encontrar, esa es la manera en la que vamos a ir armando la cadena.