El skatebording o patinaje, conlleva un estigma social contra quienes lo practican por ser considerada una actividad para vándalos. Sin embargo, es un deporte que ha ganado muchos adeptos y con el paso de los años ha logrado desmitificarse para lograr una mayor apertura en los espacios públicos.
Dentro del mercado de productos para esta actividad (que antes sólo incluía marcas trasnacionales), se ha inmiscuido una firma 100 por ciento mexicana, que desde hace 16 años ofrece mercancías bajo el nombre “Ojo Rojo”. Idea que surgió del skater Luciano Hernández López, quien decidió manufacturar sus propias tablas, accesorios y ropa para patinar.
Desde su adolescencia, Luciano visitaba el Tianguis Cultural del Chopo y se percató que podía establecer su propio negocio, el cual concretó cuando un fabricante procedente de Toluca le ofreció hacer las tablas. En un inicio replicaron copias de marcas extranjeras, pero de la noche a la mañana se acabó ese negocio, entonces su compañero le propuso crear su propia marca.
“Se me ocurrió Ojo Rojo, porque siempre me ha gustado el “coto”. Me acuerdo que mi papá me decía ‘¿por qué siempre llegas de la escuela con los ojos rojos?’ En ese momento, el nombre se me hizo atractivo y chistoso, ahora ya lo contemplo desde una visión empresarial. Desde hace 16 años estoy en el Chopo, y los clientes ya vienen a buscar lo que ofrezco”, explicó.
Le fue difícil incursionar en un mercado dominado totalmente por empresas trasnacionales, los jóvenes buscaban sólo marcas clásicas. Paulatinamente logró posicionarse dentro de la competencia. Hernández Núñez destacó que uno de sus objetivos es “acaparar a los clientes que quieren probar o poner su propio negocio, por eso vendemos al mayoreo y menudeo; la verdad, ofrecemos calidad, por eso los chavos dicen: me compro la mexicana que dura lo mismo que la importada, pero me puedo llevar dos a precio de una. Por ejemplo, ahora traigo 20 tablas extranjeras que valen 650 pesos, pero me cargo el doble de nacionales que van desde 350 pesos”.
En la actualidad, esta marca mexicana se ha logrado posicionar en la escena del skatebording. La manufactura de las patinetas y otros materiales provienen del Estado de México, donde bimestralmente elaboran nuevos diseños. Gracias a la alta demanda, desde hace dos años Luciano también inauguró Ojo Rojo Skate Shop, ubicada cerca del metro UAM-Iztapalapa, donde únicamente ofrece mercancía mexicana en zapatos tenis, sudaderas, playeras, gorras, accesorios para patinar y tablas.
“Como todo negocio, hay veces que se le sufre, aunque sí hay margen de ganancia. Este trabajo ha implicado mucha dedicación, tiempo, inversión económica y aprendizaje, aunque todo toma sentido cuando le agarras cariño a la marca y ya no lo quieres dejar. Luciano Hernández también labora en el área de tesorería de un banco desde hace casi 20 años; “pero no es lo mismo, en lo personal la balanza se inclina más a ser skater, porque es mi pasión”, destacó.
Otro aspecto que ha evolucionado es la mentalidad en cuanto al skatebording. Hoy en día los padres llevan a sus hijos a la tienda para comprarles una patineta, cuando antes esta actividad estaba prohibida o ni siquiera había lugares dónde practicar. En este sentido, Hernández Núñez recordó cómo, “los policías nos detenían o había quien nos aventaba cubetas con agua. Aún existen prejuicios en torno a este deporte, tan es así que todavía nos impiden patinar en muchos lugares. Además los espacios que crearon para entrenar suelen ser un riesgo porque están mal diseñados y los chavos se pueden lastimar”.
Para lograr una mayor apertura, consideró necesario que la sociedad y las autoridades entiendan que los patinadores no son vagos, “son jóvenes que inclusive terminaron la carrera universitaria, no son ni tontos ni delincuentes, más bien los morros están bien preparados, pero les gusta ser skaters, es como un vicio y les late, creo que en algún momento grandes empresas van a voltear a vernos”.
“Ojo Rojo” cuenta con un team de 12 chavos entre 17 y 30 años de edad; entre ellos se filman mientras patinan y participan en concursos. Para formar parte del equipo simplemente es necesario tener habilidad, pasión y compromiso, pues aunque estén estudiando o trabajando deben organizarse para grabar o asistir a las competencias. En cuanto a los videoclips, éstos les permiten tener una presentación más formal de su trabajo, y a su vez, difundir la marca.
Luciano Hernández subrayó que como emprendedor, sus planes a futuro son producir su propio truck (soporte de la tabla), continuar imprimiendo la madera y vender la calidad Premium en las tablas. En cuanto al team de “Ojo Rojo”, seguirán concursando, además de patrocinar eventos y llevar sus stands a las competencias para obtener mayor presencia en los estados. Respecto a Ojo Rojo Skate Shop continuarán apoyando sólo productos nacionales tanto de colegas como propios. Por medio de las redes sociales la gente les solicita tablas y accesorios, pero él quiere ir más allá y capacitarse en torno a los requerimientos de exportación.
“En lo personal, ser un skater significa lo que realmente soy, me da libertad, confianza, equilibrio, adrenalina, conoces mucha gente y aprendes de todo. Aunque apostarle a ser emprendedor no es fácil porque necesitas paciencia, dinero, capacitarte y sacrificar muchas cosas, pero esto es simplemente lo que más me gusta hacer, es lo que siempre he soñado”, concluyó.