Si quieres ayudar a los caninos abandonados mientras degustas una cerveza, entonces debes probar Apolo, una bebida con causa.
Esta idea surgió cuando los creadores de Cerveza Apolo y los fundadores de Apolo&Friends fusionaron su labor y noble corazón con el propósito de reunir fondos para rescatar y fomentar la adopción de perros que fueron abandonados en la calle por sus dueños. Este trabajo resulta sustentable gracias a que parte de las ganancias obtenidas por la venta de esta bebida son destinadas a dicha fundación.
Isabel Flores, fundadora de Apolo&Friends, explicó que hace cinco años rescató a Apolo, un perro mestizo que estuvo varios meses en adopción, pero al no encontrarle un hogar se encariñó con él y decidió hacerlo parte de su manada, así como lo había hecho con Isla y Cacao, otros dos caninos rescatados.
“Por su carisma, Apolo se convirtió en la imagen de nuestro proyecto de rescate, que surgió con la intención de visibilizar al perro mestizo y promover su adopción; además, les tomamos fotografías de estudio para dignificar y revalorizar a los animales y evitar transmitir la idea lastimosa del canino abandonado”, afirmó.
La joven rescatista señaló que otro objetivo es generar conciencia sobre la importancia de encontrar a los mejores dueños, capaces de brindar una vida de calidad a los animales rescatados. Asimismo, ayudan a rescatistas independientes mediante la toma de fotografías de los caninos que están en busca de un hogar y los difunden en redes sociales.
Isabel Flores señaló que con anterioridad Maggie Flores Cruz y Máximo Miguel, socios de Cerveza Apolo, habían colaborado con Apolo&Friends organizando eventos para recaudar fondos mediante catas de cerveza, venta de cerveza artesanal o maridajes.
En este sentido, Maggie Flores explicó que al ver el éxito de las actividades con causa a favor de los animales rescatados decidieron “fusionar la idea de ayudar a perritos en situación de calle, mientras las personas degustan una cerveza mexicana artesanal”.
Después de analizar las características que tendría la bebida, eligieron elaborarla con un sólo lúpulo, que causalmente también se llama Apollo. “Fue curioso que tanto el lúpulo como el perrito tuvieran el mismo nombre, por eso lo elegimos como el ingrediente que le da el carácter a la cerveza”, explicó.
Cabe señalar que este lúpulo determina su sabor, aroma, amargor y es un conservador natural. En el mercado es conocida como una cerveza single-hop, estilo India Pale Ale, con un sabor y aroma cítricos similar a la cáscara de naranja o toronja, pero a la vez es resinoso como el pino, lo que le brinda ligereza y frescura a la bebida.
Así surgió Apolo, una bebida que maquila la cervecería Dos Palomas y que desde finales del 2017 está a la venta en distintos puntos de la Ciudad de México, Puebla, Taxco y Tequesquitengo. Al término de cada mes, destinan a la fundación el 20 por ciento de las ganancias y, a la vez, continúan realizando diversas dinámicas a través de eventos, rifas o donación de productos para que la gente participe activamente en la recaudación de fondos.
Maggie Flores dijo que lo más importante de realizar esta labor es generar consciencia en torno al buen cuidado de una mascota, que implica esterilizarla, no maltratarla ni abandonarla; fomentar la adopción y no la compra, porque al final los rescatistas tratan de resarcir el daño que ocasionó gente irresponsable.
Lamentó que en México el 80 por ciento de los perros se encuentra en situación de calle. “Más que continuar rescatando, la gente debería concientizarse sobre el cuidado que implica un animal. En este caso, la cerveza es una opción para ayudar, pero invitamos al público a que, desde su trinchera, fomente el cuidado y adopción de animales en situación de calle”.
Por su parte, la rescatista Isabel Flores destacó que a través de Apolo&Friends se pretende generar un cambio a favor de estos seres indefensos, víctimas de una sociedad que ha sido indiferente desde hace muchos años.
“Consideramos que crear consciencia mientras ayudamos directamente a los peludos es una tarea fundamental como rescatistas y amantes de los animales. Adoptar en vez de comprar es sólo un eslabón en la cadena para reducir la población de perros y gatos en situación de calle, porque al pagar por su vida se fomenta la explotación de los animales y se perpetúa la idea de que son un objeto y no una vida. Es necesario cambiar la forma en que se percibe a un animal de compañía”, concluyó Isabel.
