Marco Olivera Lynch, músico independiente
Porque me llama. Es algo necesario en mi vida, es algo que hago diario, no puedo pasar un día sin tocar una guitarra, un bajo, un ukelele, lo que haya, o cantar en el coche o lo que sea. Creo, además, que soy demasiado creativo, entonces tengo que gastar mi creatividad en algo y acostumbrarme a algo, y me he acostumbrado a gastarla haciendo canciones. Es algo que vas perfeccionando y empiezas a dominar después de un tiempo, si eres constante.
Funges como una disquera, te conviertes en una disquera. Eres dueño de tu obra, nadie puede llegar y decirte: “tus zapatos tienen que ser morados”. Entonces haces tu arte como quieres, y te haces dentro de la industria: como independiente, contratas servicios de otras compañías, es como poner un negocio: es tuyo, pero tienes que contratar teléfono, Internet, proveedores, etc. Nadie es dueño de tu música más que tú mismo, de modo que en todos los tratos, tú eres el mayoritario en cuanto a ganancias.
Es una guerra infernal. Ha pasado a segundo término el título que puedas tener o qué puedas haber hecho. El presente ya lo domina todo: ¿cuál es tu rola, cuánto vendes?, eso es todo.
Cuánto vendes en iTunes. Cuántas visitas tienes, cuántos clicks tienes. Es un juego muy mezquino, porque hay excelentes músicos que no son excelentes publirrelacionistas. Entonces un excelente “RP” que se cree músico, se los come vivos y anda toque y toque. Podría estar vendiendo depas, pero está vendiendo tocadas.
Somos una banda mexicana, tocamos cumbia, balada romántica, tropical, cosas que se tocan en México, no en Chile, no en España. Todos los que tocan cumbia ahora, los electrocumbieros, lo hacen como colombianos, le meten órgano y esas cosas. Nosotros no. Hacemos canciones tipo Laureano Brisuela, José José, todo muy “mexa”.
La onda es ser muy fiel y mantenerse juntos. Tienes que apegarte a tu discurso, cumplir con tu chamba como es. En el negocio de la música hay mucha gente poser. No importa si eres rockero, cumbiero, millonario, pobre; sé el mejor rockero, el mejor cumbiero, y eso ya va a hablar bien de ti.
La Agrupación pretende ser como un nexo entre la sociedad mexicana, romper una barrera que ha permanecido por muchos años de que si eres rico o pobre oyes música diferente. Ni nos habíamos dado cuenta, pero creo que al final de todo, el mensaje de la Agrupación Cariño es: todos podemos bailar cumbia, todos nos podemos divertir y no tenemos que ser una cosa u otra. Uno de nosotros abandonó la banda porque su papá le dijo: “Yo no te mandé a estudiar a Berklee para que toques cumbias”, y muy triste abandonó la banda. Todos somos “mexas” y todo es pa’ todos, ese es el mensaje.
Hasta el fin del mundo. Me gustaría que la Agrupación Cariño fuera una banda mexicana que lo trascienda todo, como una banda de rock inglesa. Creo que la Agrupación puede ser como una banda regional que logre pegar y que pueda tocar en Coachella, y también venga y toque con los Tigres del Norte. Más o menos lo que los Tigres han hecho, pero a ellos les costó muchos años llegar ahí. Creo que ahora se puede hacer más rápido.