Una condición indispensable en el desarrollo de las naciones.
Este es el tamaño del desafío: De 195 países en el mundo, sólo 17 son comandados por mujeres; en Estados Unidos únicamente 21 mujeres dirigen alguna de las 500 compañías más importantes de ese país; en promedio un 30% gana menos que los hombres. Cuando la mujer deja de trabajar para concebir un hijo, regresa al mercado laboral con 40% menos de salario; el mayor índice de desempleo es entre mujeres. Además, con mayor frecuencia enfrentan dobles o triples jornadas de trabajo; en los hogares donde ambos padres trabajan, se estima que la mujer realiza 2.3 veces más labores que su esposo, y eso incluye el cuidado de los hijos.
Movimiento Ciudadano es una vía de acceso directo de ciudadanas y ciudadanos para el pleno ejercicio de sus derechos fundamentales, que suscribe los valores de la socialdemocracia renovada: la igualdad, equidad, justicia, libertad y autonomía.
Se trata de una vía para que no se ejerza ningún derecho sin responsabilidad, ni autoridad sin democracia y transparencia. Por el contrario, para velar por la defensa de los derechos humanos y el pluralismo. Lo anterior está basado en los principios de equidad de género: desarrollo sostenible, gobernabilidad, estado de derecho y democracia. Desde nuestra declaración de principios, pugnamos por una justicia social y una política que considere la perspectiva de género en todos los ámbitos, con el fin de reducir las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres.
Para hacer efectivo este principio constitucional se requieren acciones dirigidas para erradicar las brechas políticas, sociales, económicas y culturales entre las personas. En este sentido, un objetivo prioritario para Movimiento Ciudadano es la igualdad de género. Bajo esta perspectiva es fundamental concebir no sólo las políticas, programas, proyectos y presupuestos públicos, sino todas las esferas de la acción pública. Además, es necesario atender la violencia de género que se desarrolla dentro de las familias, en espacios laborales, de salud, públicos y sociales. Otros aspectos que se deben atender son las brechas educativas, la mortalidad materna, el aumento del cáncer cérvico-uterino, la seguridad social, así como los apoyos a las trabajadoras y emprendedoras.
La participación de las mujeres en los procesos de planeación y toma de decisiones resulta indispensable para el desarrollo de sus comunidades y regiones. Incluso, en nuestros estatutos se establece, por ejemplo, que en las convenciones para la votación de candidatos a los cargos de elección popular directa y en las listas de representación proporcional de los diferentes niveles electorales, ninguno de los dos géneros, debe ser representado en una proporción inferior al 40%. También se plantea que en un lustro se tiene que alcanzar una participación numérica paritaria en los procesos electorales, tanto internos como de elección popular; así como en los órganos de dirección, control, secretarías, administración, asesoramiento, comisiones permanentes y demás instancias de Movimiento Ciudadano. A pesar de que se trabaja en este sentido, aún falta recorrer un largo camino para que las mujeres cuenten con oportunidades igualitarias dentro de una sociedad en la que, paradójicamente, ellas son mayoría.
En este sentido, se tienen que crear las condiciones necesarias para que accedan a posiciones de liderazgo que dejen atrás los estereotipos, porque el desarrollo de una cultura de equidad de género empieza desde la familia y culmina en el lenguaje que utilizamos en la vida diaria. Por tanto, la igualdad de género es una condición indispensable en el desarrollo de las naciones y para vivir mejor en este mundo.