En nuestro país, 11 mujeres son asesinadas cada 24 horas por el simple hecho de ser mujeres. De enero a diciembre del año pasado, el 911 recibió más de cien mil llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres
Mientras en 2020 la población mundial se confinó en sus hogares debido a las medidas implementadas para contener la pandemia por SARS-COV-2 (COVID-19), los informes en México mostraban y siguen mostrando un alarmante incremento en la ya existente pandemia de violencia que vivimos las mujeres.
Claramente, esta pandemia ha develado situaciones críticas para todas las personas, pero, sin duda, son las niñas, adolescentes y mujeres quienes se han configurado como los grupos poblacionales más vulnerables al estar sujetas a mayores condiciones de marginación, discriminación y violencia durante esta situación de riesgo.
En nuestro país, 11 mujeres son asesinadas cada 24 horas por el simple hecho de ser mujeres. De enero a diciembre del año pasado, el 911 recibió más de cien mil llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres.
El feminicidio, que es la manifestación más extrema de la violencia contra las mujeres, solo es la punta del iceberg de una problemática aún más grande en el país, donde 66 por ciento de las mujeres ha sufrido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o de discriminación a lo largo de su vida.
Ser mujer en México ha sido y sigue siendo una condena de violencia y muerte. Nuestra realidad es la de una serie de violencias que van desde los estereotipos y los acosos, hasta las violaciones y los feminicidios.
Desde Mujeres en Movimiento, nuestro objetivo es encontrar nuevas formas creativas y accesibles para hacer un llamado a la erradicación urgente de la violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, a partir de: la aplicación de marcos normativos y políticas públicas no discriminatorias; el fortalecimiento institucional y la creación de presupuestos con perspectiva de género y de derechos humanos; la disponibilidad de datos sobre la violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, y el empoderamiento del movimiento amplio de mujeres.
México tiene un gobierno que nos invisibiliza, que ignora y minimiza el incremento de las violencias que vivimos, que recorta y elimina los presupuestos destinados para combatir estas desigualdades y con todo esto nos está robando nuestro derecho a un futuro.
Ante esta situación no podemos quedarnos calladas, debemos alzar la voz: las niñas y mujeres de México merecemos un país más seguro, un país en el que podamos vivir libres, seguras y sin miedo.
El camino que tenemos por delante sigue siendo largo y los retos enormes, pero juntas seguiremos luchando con el propósito de que las próximas generaciones de mujeres vivan sin violencia.
2021: El año de las mujeres
Por otra parte, el proceso electoral del 2018 se distinguió por la gran participación política de las mujeres y por el histórico logro de la paridad en los espacios legislativos a nivel federal. En este 2021 el reto no se vislumbra nada fácil, pero la fuerza electoral y política de las mujeres ha llegado para quedarse, en un futuro incluyente, paritario y feminista, en el que nuestra participación e incidencia sean la normalidad y no la excepción.
La política ha dejado de ser una actividad exclusivamente de hombres y con la fuerza de las mujeres hemos reafirmado que tenemos toda la capacidad, el empuje, el conocimiento y las ganas para ocupar los espacios que históricamente nos han sido negados.
A las mujeres nada nos ha sido regalado, y hoy tenemos la oportunidad de mostrar que es tiempo de una democracia para todas y todos, en la que las causas estén por encima de todo. Llegó la hora de que normalicemos estar representadas y representados por mujeres y jóvenes, valientes, que cambien el rumbo de la política tradicional y construyan un nuevo trato para nuestro país desde sus comunidades. Normalicemos que las mujeres seamos las protagonistas de la toma evolución de nuestro país, de la “evolución mexicana”.
Este será un proceso electoral diferente, en el que la innovación y creatividad jugarán un rol importante y en el que las mujeres nos vamos a apropiar de las urnas como nos hemos apropiado ya de nuestros cuerpos, de las calles y de nuestros entornos.
El 2021 definirá el triunfo de la fuerza de las mujeres frente a un sistema que está obligado a cambiar o sepultarse. Vamos por más mujeres en espacios de decisiones, que este nuevo año consolide la resignificación y la feminización de la política mexicana.
Recuerden: ¡El futuro de México será feminista o no será!