Andrés Manuel, durante el último año te invité a recapacitar sobre lo que significa ser presidente de la República. Movimiento Ciudadano te dio un voto de confianza para que sentaras las bases de tu gobierno, porque lo contrario habría sido irresponsable y mezquino.
Sin embargo, no tardaste en demostrar que estabas decidido a transitar por el camino equivocado. Te he advertido sobre los errores, los excesos y las malas decisiones que has tomado de manera reiterada y sobre las terribles consecuencias que harías padecer a millones de mexicanos. Decidiste no escuchar y mantenerte firme en la decisión de llevar a México de vuelta a un pasado ominoso, retrógrada, autoritario y antidemocrático.
La tragedia de tu administración es que eres perseverante en el error, obstinado en la sinrazón y obcecado sin importar las consecuencias. Señalé el riesgo de sembrar vientos, no escuchaste y ahora México está padeciendo las tempestades que desataste.
México necesita un presidente de la República que se dedique a trabajar y dar resultados, pero estás empecinado en que es más importante lo que se dice que lo que se hace, por eso construiste un gobierno de peroratas e ineficiente en la acción. Andrés Manuel, dices mucho y haces poco.
El problema no se limita a tu obsesión por la aclamación del público, también estriba en que preferiste ser dirigente de Morena, su principal propagandista, abandonando la responsabilidad de ser presidente, jefe de gobierno, jefe de Estado. Esa es la razón de que tengas un gobierno mediocre.
Después de casi tres años, te has negado a advertir que el país está cada vez peor, sigues sin asumir que la responsabilidad de gobernar es tuya, te has esforzado en buscar a quien culpar, a encontrar responsables en el pasado y no soluciones dentro del gobierno.
Te asumes como líder de una facción, renuncias a cumplir con tus responsabilidades constitucionales, pero usas y abusas de todos los instrumentos que otorga el poder institucional.
Utilizas de manera facciosa el poder presidencial para manipular a tus aliados en el Poder Legislativo, a quienes públicamente ordenas aprobar tus instrucciones sin siquiera modificar una sola coma.
Todos los días haces un ejercicio para lograr la captura del poder judicial, ayudado por la sumisión del presidente de la Suprema Corte. Apenas hace unos días lo citaste en Palacio Nacional, ¿de qué hablaron? ¿De la Ley Zaldívar? ¿De la violación constitucional? ¿De tu necesidad de tener jueces a modo? ¿Lo convocaste para darle instrucciones en torno al ejercicio antidemocrático que estás realizando en este proceso electoral?
Lo he dejado claro una y otra vez: no vamos a permitir la captura del Poder Judicial. Exijo que rectifiques, que asumas tu responsabilidad, que cumplas con lo que establecen las leyes, que no las violentes. Actúa como jefe de Estado, como estadista, no como merolico de pueblo.
Entiende que eres responsable de garantizar el derecho a la vida, libertad y patrimonio de todos los mexicanos, y no lo estás haciendo.
Tu renuencia a asumir a cabalidad tus responsabilidades como jefe de Estado está costando vidas.
Miles de seres humanos están muriendo a causa de tu irresponsable manejo de la pandemia, miles de mexicanos están siendo asesinados por la violencia que decidiste no enfrentar con determinación, miles de mexicanos son desaparecidos porque decidiste mantener una política de seguridad pública y combate a la delincuencia organizada que no funcionó con Felipe Calderón, que no funcionó con Peña Nieto y que no está funcionando contigo.
Por eso te responsabilicé del asesinato de nuestro compañero Abel Murrieta, candidato a presidente de Cajeme, en Sonora.
Abel fue un ser humano intachable que asumió su responsabilidad como servidor público y como ciudadano, combatió con valor y entereza a la delincuencia. Dio su vida haciendo su trabajo, mientras tú sigues en campaña. Por eso eres responsable de su asesinato y del de todas las víctimas del crimen organizado.
Eres responsable, no culpable como tanto te preocupó aclarar.
Pero de lo que sí eres culpable es del clima de crispación que impera en la vida nacional, ocasionado por los ataques que diriges contra quienes no te ofrecen lealtad a ciegas, como absurdamente lo has exigido.
Eres culpable de violentar permanentemente la Constitución que juraste guardar y hacer guardar.
Eres culpable de la captura del Poder Judicial y de la penosa sumisión de tus aliados en el Poder Legislativo.
Eres culpable de pervertir la justicia, de utilizar a la Fiscalía General de la República y a la Unidad de Inteligencia Financiera para que integren carpetas a modo en contra de tus adversarios.
Eres culpable de intervenir indebidamente en los procesos electorales.
Me recuerdas a Porfirio Díaz cuando se levantó en armas en Tuxtepec, bajo el lema “que se respete la no reelección y esta será la última revolución”, pero años después tuvo que huir del país por haber violentado, solamente en siete ocasiones, su principio antirreleccionista.
Traicionaste tus palabras, principios, al personaje que muchos ayudamos a construir y que hoy estás empeñado en destruir. Tu fracaso será el fracaso del país.
Andrés Manuel, saca las manos del proceso electoral, porque lo que estás haciendo es abuso de poder. Estás interviniendo en un campo que te está vedado. Abstente de seguir violando la Constitución y la legislación que te impide participar en los procesos electorales.
Sé que estás desesperado por la caída de Morena en las preferencias electorales y que estás profundamente mortificado por el crecimiento acelerado de Movimiento Ciudadano, porque en Nuevo León, Jalisco, Campeche, Ciudad Neza y muchos lugares más te estamos arrebatando triunfos que dabas por ganados.
Estás desesperado, aturdido y desquiciado por la falta de resultados. Estás actuando facciosamente, como jefe de grupo, de pandilla.
Lo que obligaste a hacer a la Fiscalía General de la República para interferir en la elección de Nuevo León no tiene nombre, rebaja y pone en entredicho la confianza en una institución cuya obligación es velar por la justicia.
Violas la ley, al menos por dos razones: porque estamos en medio de un proceso electoral y porque la presunción de inocencia es un mandato constitucional.
Es evidente la motivación política del comunicado en que la FGR anuncia una investigación contra nuestro candidato Samuel García. El escueto texto tiene como propósito manchar la intachable trayectoria de Samuel, así como influir de manera negativa en el electorado.
La trampa es que por ley ninguno de los detalles que se sugieren en el comunicado puede ser público. Aplicaste la máxima: “difama, que algo queda”.
Insisto en lo dicho hace unos días en Nuevo León: Samuel García tiene todo nuestro respaldo. No vamos a permitir ningún atropello de tu parte. Estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para construir la alternancia democrática que está exigiendo el país.
No voy a permitir, ni como coordinador del grupo parlamentario, ni como Senador de la República, ni como ciudadano de nuestra patria, tu abusiva intervención en ésta ni en ninguna otra elección.
Convoco a la FGR a que resista tus embates y actúe a la altura de la responsabilidad que tiene por ley, a que sea un instrumento de la justicia y no al servicio del poder en turno.
Convoco a mi amigo José Agustín Ortiz Pinchetti a que honre su trayectoria, a que no sucumba ante el afecto hacia un presidente que está extraviado y que abusivamente está vulnerando la autonomía de las fiscalías.
De la Unidad de Inteligencia Financiera no hay nada que decir, pues evidentemente actúa de acuerdo a tus instrucciones. Tengo claro que usas a la UIF como espantapájaros, nada más que con Movimiento Ciudadano no vas a poder, porque nosotros somos águilas.
Siempre declaras que no eres igual a presidentes anteriores, pero te comportas de la misma forma, usando el poder con fines facciosos, utilizando a las instituciones para perseguir a quien difiere contigo, violentando el estado de derecho para romper principios democráticos fundamentales, estás pervirtiendo la vida pública como no lo hicieron ni siquiera los peores personajes del viejo PRI.
Andrés Manuel, hoy la mafia del poder eres tú.
Concéntrate en gobernar, porque en Nuevo León vas a topar con pared, porque es tierra de hombres y mujeres valientes, dispuestos a luchar, y no los vamos a dejar solos.
A pesar de que ha sido notoria la perversión con la que actúas, nunca imaginé que fueras capaz de intentar bajezas como las que hicieron contigo en 2005 y 2006. Hoy veo con profundo pesar que eres capaz de todo, incluso de utilizar a la FGR para intentar sacar a un candidato de la contienda. La misma estrategia que Vicente Fox usó contra ti.
No dejaré de exigirte que cumplas con el mandato constitucional que recibiste del pueblo, que trabajes por la unidad nacional, que seas presidente, un buen presidente.
No permitiré que, con ejercicios facciosos de poder, arrebates Nuevo León como a ti te arrebataron la presidencia en 2006. Sexta carta pública al presidente: Andrés Manuel, saca las manos del proceso electoral, México necesita que seas presidente, no el líder de Morena.
Atentamente,
Ciudad de México, mayo 17 de 2021.
Dante Delgado
Senador de la República