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Libros de arte y cultura de México se van a la Biblioteca de Alejandría

Estas donaciones tienen la finalidad de fomentar el desarrollo cultural y el acceso a la información a través del conocimiento compartido

 

María Teresa Ochoa Mejía

Amigas y amigos bibliófilos, aprovecho una vez más este espacio, que es un encuentro con el universo del libro y la lectura, para compartir con ustedes un acontecimiento histórico que ha tenido como escenario la Biblioteca José María Lafragua, adscrita a la Dirección General del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Esta biblioteca es depositaria del acervo bibliográfico del Fondo Reservado, que reúne obras y publicaciones impresas, diplomáticas y periodísticas del siglo xvii al xx, en las que predominan la antigüedad y el valor histórico, además de ediciones especiales. En aproximadamente 19 mil títulos especializados, se abordan temas de historia, relaciones internacionales, geografía, arte, religión, política, economía y derecho internacional. Muchos de estos ejemplares se encuentran en idioma español; sin embargo, también hay obras en otros idiomas como alemán, inglés, francés e italiano. Algunas obras, por su rareza, requieren de resguardo especial y su consulta es restringida a especialistas en la materia.

La Biblioteca José María Lafragua está asentada en el corazón de Tlatelolco, dentro de la Plaza de las Tres Culturas, en el centro de la Ciudad de México. En este espacio se encuentra el Auditorio Jesús Terán, que fue el marco perfecto para la entrega oficial de publicaciones sobre el patrimonio mexicano de arte, cultura y tradiciones, además de otros títulos, que serán donadas a la Biblioteca de Alejandría y a la Biblioteca de la Nueva Capital Administrativa de Egipto.

Entre estas donaciones se encuentra el libro que editó la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, distinción al encuentro con la Logia Simón Bolívar de la Gran Logia del Valle de México, con motivo del aniversario de la Batalla de Puebla del 5 de mayo, que promoví como secretaria de la Comisión Bicamaral del Sistema de Bibliotecas del Congreso de la Unión, en la Sexagésima Quinta Legislatura.

Otras de las donaciones son las magníficas publicaciones que representan a cada una de las instituciones que conforman la Red Bibliotecas y Archivos del Centro Histórico (RBACH), las cuales le brindan una imagen fuerte y una sólida presencia al trabajo que realizan todas las personas que forman la RBACH. Estas donaciones tienen la finalidad de fomentar el desarrollo cultural y académico, y el acceso a la información a través del conocimiento compartido.

La antigua Biblioteca de Alejandría fue uno de los mayores centros de difusión del conocimiento de la Antigüedad. Fue construida durante el reinado de Ptolomeo II, en el siglo III a. n. e., para albergar todos los libros posibles. Se decía que incluía alrededor de 500 mil libros, por lo que se convirtió en un depósito legendario de la sabiduría y las artes del mundo antiguo.

En 1987, ya en el siglo xx, surgió el proyecto de la nueva Biblioteca de Alejandría, el cual daba la posibilidad de revivir el esplendor e importancia de este legendario recinto cultural. Esta iniciativa trascendental sumó voluntades al más alto nivel para lograr que las cosas fueran posibles, entre las que se encuentran la Universidad de Alejandría -en donde nació el proyecto-, el Ministerio de Educación Superior y Relaciones Exteriores de Egipto, así como la delegación permanente de Egipto ante la UNESCO y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP). Finalmente, el 16 de octubre del 2002 se inauguró la nueva Biblioteca de Alejandría en Egipto.

Amigas y amigos, la donación de publicaciones entre las bibliotecas de México y Egipto es un gran acto de hermandad que propicia el encuentro. Bajo esta premisa, también me gustaría reconocer el esfuerzo de Ana Rojas Vega e Iriana Prado, coordinadoras de este proyecto. Asimismo, quiero hacer un reconocimiento al licenciado Gregorio Joaquín Lozano Trejo, director del Acervo Histórico Diplomático; a la directora de la Biblioteca de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, María Vázquez, y a la representación de la embajada de Egipto como parte receptora, con la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Comisión Bicamaral del Sistema de Bibliotecas del Congreso de la Unión. Un gran momento.