El 8 de enero de 2016, después de más de cinco meses de búsqueda, elementos de élite de la Marina y de la Policía Federal, recapturaron al narcotraficante más buscado del mundo: Joaquín “El Chapo” Guzmán. Entre la vorágine de información y hasta escándalos amorosos con los que los medios de comunicación han cubierto esta noticia, en El Ciudadano buscamos la opinión experta del Dr. Raúl Benítez Manaut, académico de la Universidad Autónoma de México y presidente de la organización de la sociedad civil Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), para ofrecer a nuestros lectores una reflexión informada y seria sobre la captura de Joaquín Guzmán, y el estado en el que se encuentra la lucha contra el crimen organizado en nuestro país.
“El logro de la Marina es justamente haber penetrado y destruido los círculos de seguridad de El Chapo”
Me parece que con la recaptura de El Chapo el gobierno mexicano recobró el honor perdido que le causó la fuga. El escape de este narcotraficante dejó al presidente Peña Nieto y a su equipo de seguridad muy devaluados, el gobierno mexicano quedó en un descrédito nacional e internacional muy grande.
Para nada, no se le capturó por suerte, no se puede menospreciar lo que hizo la Marina porque destruyó los anillos de seguridad de El Chapo y lo dejó desprotegido. Lo que sí fue suerte es que él se escapara del enfrentamiento acompañado ya únicamente por una persona, cuando tenía una escolta de más de 300 hombres.
Sí fue un encuentro casual el de los policías que finalmente lo detuvieron, pero él iba ya sin su cinturón de seguridad. El logro de la Marina es justamente haber penetrado y destruido los círculos de seguridad de El Chapo.
Capturar a una persona como El Chapo es una empresa muy difícil, sin embargo, se llevó a cabo de una manera muy rápida. La recaptura como tal fue todo un éxito, aunque la aprehensión final la hayan realizado dos policías, fortuitamente, por el tema del tránsito. La Marina realizó el 95% del trabajo previo de inteligencia.
Un preso de ese calibre es mucho más valioso vivo que muerto, además, era importante que lo capturaran con vida para poder extraditarlo a Estados Unidos. Si hubiera caído muerto, el gobierno no lo tendría ahora como material preso, lo cual es crucial, tanto para poder extraerle información, como para representar el símbolo del éxito de su captura.
En Estados Unidos tienen muchas herramientas para sacarle información a Joaquín Guzmán, por ejemplo, la negociación de entrar al programa de testigos protegidos, si es que colabora. La esposa de El Chapo vive en Los Ángeles, a él le pueden decir: “o hablas o esta cuenta de banco de 50 millones de dólares, de la cual vive tu esposa, te la confiscamos en 15 días y ella se queda en la calle, decide”. La mitad de las empresas de El Chapo están en Estados Unidos, lavando y blanqueando el dinero, ellos tienen toda esa información. En México es distinto porque es muy deficiente el sistema de información empresarial y criminal.
A mí me parece que ese símbolo mitológico en que se ha convertido para algunos sectores de la población no va a durar mucho tiempo. Así ocurrió, por ejemplo, con Pablo Escobar en Colombia, cuya idealización fue muy efímera, porque no son símbolos religiosos, son figuras del momento, personas muy osadas que acumulan mucho poder y que se enriquecen, por eso se convierten en una especie de héroes para algunos marginados que tienen expectativas de hacerse ricos sin trabajar y cometiendo crímenes, pero eso es algo que se desvanece rápido.
No creo que este fenómeno esté tan generalizado. Esto que mencionas ocurre en algunos lugares, sobre todo el norte del país. No es que los jóvenes se quieran vestir como los narcos, es que los narcos se visten como norteños. En Tamaulipas, por ejemplo, y en algunos otros estados del país, muchos hombres se visten como charros, imitan el prototipo: el del sombrero, las botas, la Virgen de Guadalupe, así se viste la gente en ciertos lugares. Los narcos se subieron a ese estereotipo y como que se lo apropiaron, pero no es un fenómeno cultural muy extendido.
Este tipo de fenómenos son muy pasajeros porque no tienen sustancia. El Chapo ahorita está de moda por la cobertura que le han dado los medios, probablemente el día que lo extraditen también haya mucha información y se vuelva a hablar del tema, pero después se va a apagar. Aquí te puedo poner como ejemplo a Al Capone; fue todo un hito, pero cuando pasó la noticia se pudrió en la cárcel y ya ni su familia lo iba a visitar.
El día que manden al Chapo a Estados Unidos le va a pasar lo mismo que a Capone. ¿Tú crees que sus abogados van a querer cruzar a Estados Unidos temiendo que los puedan detener también a ellos? O su hijo, Archibaldo, ¿crees que se va a arriesgar a cruzar la frontera para ir a visitar a su papá? Ahí se va a quedar, en el olvido. Saldrá una película en cinco o diez años sobre su vida y eso será todo.
El Cártel de Sinaloa tiene dos líderes: “El Mayo” Zambada y “El Azul” Esparragoza, de los cuales casi nadie ha hablado dentro de toda la información mediática que ha habido en estos últimos días; sin embargo, son los que realmente tienen al cártel funcionando. No se sabe por qué a ellos no los persiguen de la misma manera que persiguieron al Chapo, no hay ningún dato suyo de filiación. La última fotografía de El Mayo fue cuando se entrevistó con Julio Scherer para la revista Proceso, y de El Azul Esparragoza no hay fotografías desde hace más de diez años.
El cártel funciona como una empresa y esté o no El Chapo va a seguir adelante, porque está dirigido por dos personas muy hábiles, de manera que sigue siendo la organización criminal más importante no sólo del país, sino del mundo entero. Hace unos días, el jefe de inteligencia de la Drug Enforcement Administration (DEA), compareció ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y dijo que el cártel de Sinaloa tiene operaciones en 60 países.
Yo creo que al Chapo Guzmán lo traicionaron varias cosas, dos principalmente: la debilidad que siempre tuvo por las mujeres y el ego. Sus ansias por contar su historia y pasar a la posteridad como el criminal más poderoso del mundo lo llevaron a acercarse a Kate del Castillo, quien a mí me parece una persona bastante ingenua que no tiene ninguna visión política de las cosas que hace. Tanto ella como Sean Penn estuvieron jugando con fuego sin darse cuenta de lo que estaban haciendo. Penn, que no es un periodista sino un actor, declaró que hizo una entrevista que no es entrevista, porque dijo solamente lo que El Chapo quería que dijera.
La debilidad psicológica de Joaquín Guzmán por ganar más fama y conquistar a Kate del Castillo abrió uno de los frentes de inteligencia para su captura. Los medios de comunicación han centrado el 90% de la información en ese acontecimiento, como si esto fuera lo verdaderamente trascendente en esta noticia.
El Chapo es una persona muy inteligente; te voy a poner un ejemplo: cuando Estados Unidos bloqueó y militarizó sus fronteras después del 11 de septiembre, él empezó a construir túneles y a pasar la droga por aire; después, cuando empezaron a venderse los drones de manera comercial, inmediatamente comenzó a pasar mariguana a través de estos elementos. Creó una opción muy segura y práctica de pasar droga por la frontera con estos aparatos porque son muy baratos; un dron vale aproximadamente 500 dólares y puede cargar hasta 50 kilos de la sustancia que quieras, así que no necesitas ni regresarlo, lo compras, lo cargas, lo cruzas por la frontera y ya sacaste con eso 20 mil dólares de ganancia.
El Chapo aprovechaba cualquier avance tecnológico. Contrató a los mejores ingenieros e incluso llegó a cosas ridículas: la Facultad de Ingeniería de Minas de la Universidad de Sinaloa es una de las mejores de México, de ahí reclutaba a los estudiantes para construir los túneles; y ahora se dice que incluso mandó a alumnos de esa universidad a estudiar a Suiza. Joaquín Guzmán es un tipo excepcionalmente inteligente, por eso es único.
“El Ejército y la Marina no nacieron sabiendo hacer guerra contra el narcotráfico”
Sí, yo creo que los esfuerzos han sido muy importantes, porque no hay quien tenga el nivel de organización para hacer empresas de búsqueda y despliegue nacional como ellos. Cuando el Ejército y la Marina comenzaron a extender intensamente sus fuerzas por el país en el 2007, la Policía Federal era un órgano minúsculo de siete mil efectivos. El problema es que esto no está acompañado de un aparato judicial que pueda respaldar a las fuerzas armadas con estructuras policíacas para actuar a la par de ellos, para acompañar sus operaciones.
El Ejército y la Marina no nacieron sabiendo hacer guerra contra el narcotráfico, también han cometido muchos errores. El tema más complicado para ellos es poder hacer viable la vigencia de los derechos humanos en las operaciones tácticas. Cualquier fuerza militar en condiciones como estas tiene los mismos problemas; hasta el ejército mejor entrenado, cuando se encuentra inmerso en operaciones tácticas, viola los derechos humanos.
La gendarmería es proyecto frustrado, nunca se concretó, así que de un macro proyecto, terminó siendo una división de la Policía Federal, la séptima división. Supuestamente tienen un proceso de reclutamiento mucho más exclusivo, un proceso de control de confianza más desarrollado, reclutan gente nueva, más joven, con mayor nivel de estudios, les pagan mejor.
La gendarmería tiene ya dos años desplegada en muchos estados de la República, no sólo es utilizada para el combate al narcotráfico, está extendida en muchos lugares turísticos. En teoría tiene que ser una fuerza especial policíaca con capacidad de reacción, que tenga muy altos estándares de incorruptibilidad y de eficiencia. Sin embargo, es aún muy joven para ser evaluada, es un cuerpo chico, son alrededor de siete mil efectivos, podrá ser evaluada después de cinco o seis años de operación para poder ver su comportamiento en combate. Yo no me atrevería a criticarla, pero tampoco a decir que es la solución al problema.
Yo le pondría un siete. No todo es un fracaso, ni la guerra contra el narcotráfico está perdida, pero también hay muchas cosas que no están funcionando y uno de los problemas más graves es el de los derechos humanos; esa es, sin duda, una vulnerabilidad tremenda dentro de esta lucha, eso y la corrupción son los
obstáculos más grandes.