Delegado Estatal de Jóvenes en Movimiento
La sociedad evoluciona constantemente y se adecúa a diversas transformaciones en la dinámica de relacionarse con el afán de encontrar el desarrollo y una manera de vida equilibrada. En ese esfuerzo han surgido un sinfín de movimientos y elementos sociales que detonan estrategias, actitudes e innovaciones, que revolucionan la dinámica en que los individuos se relacionan entre sí y con su entorno, y que cambian por completo su visión e interés en su rol como ciudadanos del mundo.
En este largo caminar hemos encontrado desde innovaciones científicas, revoluciones sociales y tecnológicas, hasta movimientos y personajes que han marcado los anales de la historia con emblemas de paz, guerra, lealtades, traiciones, voluntades, causas y hasta prototipos en el estilo de vida, que han generado esta identidad social de continua evolución y adaptación.
La falta de unión entre el conglomerado social no ha permitido que podamos avanzar más rápido el caminar de nuestras vidas; la inexistencia de esfuerzos colaborativos y fusión de fuerzas por objetivos genuinos y comunes, han desperdiciado los múltiples pero disociados esfuerzos que hay por vivir en un entorno de condiciones semejantes, respeto, igualdad y satisfacción.
En este engranaje de esfuerzos, las juventudes, como símbolo de energía, voluntad y frescura, toman un papel determinante en la sana transmisión e interacción de ideas que llevan a los pueblos a un rumbo mejor, pues se establecen como un hilo conductor en el proceso de asimilación entre la infancia, espacio de aprendizaje, y la edad adulta, entorno de conocimiento y aplicabilidad de las ideas; es la juventud, la edad de la vida en la que se consolida el criterio, se forja el carácter y se define el camino que se tomará para contribuir en la conformación de una sociedad sólida.
Aunado a lo anterior la juventud cuenta, por añadidura, con la posibilidad de innovar las ideas y modernizar los procesos de desarrollo para adaptar la estructura social a las continuas transformaciones del mundo.
Es esta responsabilidad la que enmarca la profunda importancia de la participación de la juventud, como ciudadanos, en los procesos de transformación social y de la vida pública, convirtiéndolos en el amortiguador de cambios que dinamizan la sociedad de manera acelerada.
Si la juventud participa de forma activa, con una actitud combativa pero responsable, críticos pero construyendo, con su característica frescura y voluntad, será un determinante actor en los esfuerzos para abrir un canal de diálogo generacional que integralice las opiniones y dogmas.
Sin embargo, si la juventud no incide de forma responsable y visionaria, sentencia ineludiblemente el florecimiento de una sociedad oscura y condenada a acaecer en la penumbra de las adversidades, cerrando la necesaria interlocución y unión de fuerzas generacionales para mejorar las condiciones de vida de forma continua.
Un joven responsable y comprometido con su sociedad dará como resultado un ciudadano adulto ideal para una sociedad íntegra.
Es por ello que la juventud debe asimilar la necesidad de asumir el rol indicado para provocar un cambio, que detone un mejor estadio para vivir y disfrutar la aventura que cada quien busque emprender para su proceder; debe enfrentar los cambios epocales con inteligencia y generar nuevos paradigmas; debe entender nuevas posiciones ante el mundo y establecer canales más amplios de comunicación, envolver a los demás de su voluntad de dialogar con transigencia y humildad para aprender y enseñar.
Desalinear la situación adversa con compromiso, responsabilidad y voluntad para ser y hacer, con el afán de trascender en el camino de la responsabilidad y el compromiso.
Libertad: Miguel Rosales Martínez
Joven: Amado Emilio Escobar Martínez