Entrevista a Julián Güitrón
“La familia mexicana ya no es la de hace 40 años por la sencilla razón de que este país no es el mismo de hace cuarenta años. Más que en crisis, la familia está en evolución; tan en evolución que no se puede hablar de una clase de familia. Yo le preguntaría a usted: ¿cuántas clases de familias cree que hay en México?”
La plática con el Dr. Julián Güitrón Fuentevilla, que por momentos (y por fortuna) deviene en saludable, sapiente y enriquecedor monólogo, se lleva a cabo en su cubículo, el 33 de la Facultad de Derecho de la UNAM, en Ciudad Universitaria, Alma Mater en la que imparte cátedra sobre un tema en el que es autoridad nacional: el derecho familiar. Atestigua su eficiente colaborador, el Lic. Álvaro Mojica, mientras Hazel Alfaro, de la oficina de Comunicación Social de Movimiento Ciudadano, toma fotos.
Según el entrevistador, el tema de la conversación con el Dr. Güitr.n, ex senador de la República por Movimiento Ciudadano, iba a ser la calidad de la familia en México; la familia mexicana en crisis en los albores del siglo XXI, a distancia de la familia nuclear de hace 40 o 50 años.
Pero de entrada el doctor Güitrón Fuentevilla pone los puntos sobre las íes:
“Su planteamiento es equivocado. La familia mexicana ya no es la de hace 40 años por la sencilla razón de que este país no es el mismo de hace cuarenta años. Más que en crisis, la familia está en evolución; tan en evolución que no se puede hablar de una clase de familia. Yo le preguntaría a usted: ¿cuántas clases de familias cree que hay en México?”
Intento una respuesta: “Una cantidad infinita… familias que viven en las Lomas de Chapultepec, familias que viven en un ejido, en una vecindad, en una ciudad perdida…”
De nueva cuenta me corrige el maestro Güitr.n: “Eso sería un enfoque evidentemente económico y no jurídico. Desde el punto de vista de la ley, hay tantas familias, cuantos actos jurídicos, hechos jurídicos o hechos materiales la generen.”
Y pone ejemplos nítidos: familia de hombres con hombres, de mujeres con mujeres o de hombre y mujer; ahí tiene ya tres clases diferentes de familias; ¿qué pueden hacer estos hombres para ser mamá y papá?, ¿qué pueden hacer las lesbianas para ser mamá y papá?, ¿qué pueden hacer el hombre y la mujer casados y estériles que quieran ser mamá y papá?
Prosigue el maestro Güitrón: de ahí pasamos a las familias que genera un hecho jurídico: por ejemplo el concubinato, que en el Distrito Federal, igual que el matrimonio, ya puede ser entre hombres, entre mujeres o de hombre y mujer, si bien quienes lo integran no quieren las consecuencias jurídicas que la ley impone.
“Y también –añade–, tenemos familias fundadas en hechos materiales: usted es casado, tiene su novia y le hace un hijo. Ahí ahí hay una familia de hecho con consecuencias jurídicas de usted respecto al niño. Otro ejemplo: una mujer soltera va a un banco de semen, se insemina y tiene un hijo; en ese momento ella y su hijo constituyen una familia; un ejemplo más: el señor casado se divorcia, tiene hijos mayores y menores; los mayores dicen “nos vamos con mi papá”, luego el señor se encuentra otra señora, se casa con ella y forma lo que jurídicamente se llama “familia reconstituida”.
Y muchos casos más, menciona el doctor Julián Güitrón, que no están previstos por la ley, pero que están en los hechos.
Precisa: “¿A qué voy con esto? A que la familia está en evolución, no en crisis. La familia nuclear ya no existe. La necesidad y la Revolución Industrial tienen a la mujer en pleno siglo XXI, en el trabajo. Y esa mujer que trabaja es jefa de familia, lleva dinero al hogar, contribuye al sustento y en su casa sigue haciendo lo que los hombres llamamos “las labores propias de una mujer”.
Pero no hay marco jurídico, soporte legal para esta nueva realidad.
Este escenario llevó al Dr. Julián Güitrón Fuentevilla a presentar en el Senado de la República, el 24 de abril de 2012, una iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se expiden el Código Familiar Federal y el Código de Procedimientos Familiares Federal.
La iniciativa, aún sin dictaminar, propone en síntesis que el conjunto de normas jurídicas relacionadas con el derecho familiar, generadas de 1917 a 2011, establezcan que el interés de la familia sea el mejor y mayor soporte del Estado, y que tengan un tratamiento distinto al determinado por el Derecho Civil.
“¿Cómo es posible que haya en México lugares con tribunales de primera y segunda instancia y que no existan leyes familiares? ¿Cómo es posible que tengamos para regular la misma materia familiar, desde el punto de vista del derecho, 33 códigos diferentes: 26 civiles, seis familiares y un código civil federal?”, se pregunta el Dr. Güitrón?
O lugares, acota, donde hay tribunales y no hay leyes. Por ejemplo, el Distrito Federal tiene 42 juzgados familiares y 15 magistrados familiares que carecen de una ley familiar adjetiva y sustantiva. Si no hay leyes familiares, ¿con qué resuelven los jueces? Conecta, además, con otro gran problema: jueces que resuelven asuntos fundamentales de la patria potestad o la disolución de un vínculo matrimonial, sin saber derecho familiar.
“Esto es grave para la familia”.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación está urgida de jueces familiares federales, necesita magistrados federales familiares; es urgente para el desarrollo del derecho familiar.
Esta compleja y absurda diversidad de leyes, impide que la familia tenga una administración de justicia adecuada y una protección jurídica de sus valores. Para empezar a resolver esta situación es que hemos propuesto dos normas únicas y sustantivas: el Código Familiar Federal y el Código de Procedimientos Familiares Federal.
“Lo más trascendente no es el Estado, ni el individuo, ni la sociedad; es la familia; por ello, el conjunto de normas jurídicas que establece las relaciones y las regula entre la familia y la sociedad, debe darle a aquélla una prioridad para alcanzar los más altos valores, sostiene el Dr. Julián Güitr.ón”, y concluye:
“Si nosotros no tenemos conciencia de lo que es la familia mexicana desde el punto de vista de las clases de familias que hay, no vamos a poder hacer planteamientos importantes para resolver el problema y acabar con tanta mescolanza, confusión e ignorancia.”
Dos temas, al menos, anticipa generosamente el Dr. Julián Güitr.n Fuentevilla para los lectores de El Ciudadano. La violencia familiar y los derechos del menor.