E n la actualidad más de 55 mil niños y adolescentes de San Luis Potosí laboran como trabajadores industriales, artesanos y ayudantes, según el último reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Aunque el trabajo infantil es una práctica prohibida por la legislación mexicana, el Estado ha sido incapaz de implementar estrategias para retirar del trabajo a los menores ocupados con un no familiar.
La falta de oportunidades educativas y la precaria economía familiar provoca que los menores tengan que contribuir con el gasto en sus hogares, por lo que un total de 55 mil 830 niños y adolescentes de entre cinco y 17 años están trabajando.
De esta cifra, el 50.49 por ciento labora con su familia; el 40.49 por ciento lo hace fuera del hogar; mientras el 8.74 por ciento trabaja con un familiar que no vive en su casa; y 0.28 por ciento con un no familiar que vive en la misma vivienda que el menor.
Además el 55 por ciento abandonó sus estudios y optaron por trabajar debido a la falta de interés o aptitud para la escuela; y el 35 por ciento por falta de recursos económicos.
Frente a esta situación se requiere garantizar protección social a niñas y niños ocupados con un no familiar, aplicar las sanciones de ley contra quienes contraten a personas menores de 14 años de edad, así como fortalecer la inspección federal y local para la detección, prevención y erradicación del trabajo infantil, principalmente en labores peligrosas e insalubres. Aún es un reto para el estado.
