Uno de los eventos más importantes para la industria cinematográfica es la entrega de los premios de la Academia mejor conocidos como los Óscares, los cuales, desde 1929, reconocen lo mejor del cine en Hollywood. Durante esa noche, actores y actrices desfilan por la aclamada alfombra roja luciendo los modelos más exclusivos, tanto los invitados como los nominados para recibir la estatuilla en las distintas categorías: mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor actor, etcétera, reciben toda la atención por parte de los distintos medios de comunicación que transmiten su señal a más de 225 países llegando así a millones de espectadores alrededor del mundo.
La entrega de estos premios tuvo su octogésima séptima ceremonia el pasado 22 de febrero de 2015, la cual generó en nuestro país grandes expectativas, pues Birdman película realizada por el mexicano Alejandro González Iñárritu, había logrado obtener nueve nominaciones, incluyendo mejor película, mejor director, mejor guión y mejor actor. Pocos han sido los mexicanos que han logrado ganar un premio de la Academia, se puede decir, incluso, que fue a partir del año 2000 en el cual la presencia de distintos mexicanos se hizo evidente en Hollywood; el ya mencionado González Iñárritu junto con Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, parecieron convertirse en los representantes de su país en el extranjero.
Sin embargo, es importante destacar que las películas que han realizado estos directores se han producido fuera de México; Hollywood les ha brindado la posibilidad de llevar a cabo y ver consolidadas sus creaciones, al brindarles los recursos, la tecnología y el apoyo necesario para llevar a otro nivel sus producciones cinematográficas. Gravity, por ejemplo (dirigida por Alfonso Cuarón y ganadora del Óscar a mejor película en el 2013), contó con un presupuesto estimado entre los 100 y los 120 millones de dólares, este largometraje permitió a Cuarón desarrollar la creación de una nueva tecnología para su filmación.
Es imposible comparar la situación del cine en México con el norteamericano. Estos directores mexicanos pudieron encontrar en el extranjero el empuje para realizar sus proyectos, gracias a que en Estados Unidos empresas como Universal Pictures, Warner Bros., Columbia Pictures, Paramount Pictures, etcétera, logran recaudar millones y millones de dólares con tan sólo una cinta en cartelera. Los juegos del hambre, por ejemplo, en su primera parte: Sinsajo, producida por Lionsgate, logró recaudar a nivel mundial más de 700 millones de dólares. Según Roberto Girault, productor y director mexicano de cine independiente, este es uno de los principales problemas del hecho en México, pues las grandes cadenas de exhibición en nuestro país, monopolizan el mercado y tienden a favorecer películas internacionales por considerarlas más taquilleras, dejando de lado las producciones mexicanas, las cuales difícilmente logran exhibirse, o sí lo hacen es en pocas salas, en horarios poco concurrido, y durante escasas dos semanas, lo cual inevitablemente reduce su audiencia y ganancias.
Son muchas las problemáticas a las que se tiene que enfrentar un director de cine en México para ver consolidada su producción. Lograr la distribución, la exhibición y la comercialización de su película, lidiar con la piratería, encontrar un mercado de consumo y contar con subsidios suficientes, entre otras cosas, son parte de lo que frena el crecimiento de la industria del cine en este país. Existen varios factores que deberían renovarse y transformarse en México, un director como Iñárritu pareció darse cuenta de ello y decidió manifestarlo en esta última entrega del Óscar, dándole un giro y una atención mucho más profunda a los problemas que aquejan a nuestro país para preguntarse y preguntarnos: ¿tenemos el gobierno que merecemos?.