Xalapa, como capital de la entidad veracruzana y por lo tanto centro de su vida política y eje de la vida económica, social y cultural de la región en la que se encuentra, se ubica entre una de las ciudades con mayor crecimiento demográfico.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2010 del INEGI, el municipio de Xalapa cuenta con 457,928 habitantes. Su crecimiento poblacional es acelerado, desordenado e invasivo de las zonas verdes. Este impacto ha sido estimulado por un fenómeno complejo, constituido por aspectos económicos, sociales, ambientales y políticos, relacionados entre sí.
Es evidente que en la construcción de miles de viviendas no se ha considerado la infraestructura aledaña, lo que hace que las vías de comunicación y otros servicios indispensables se vean afectados.
El abasto de agua para la capital del estado y la región en los últimos años se ha convertido en un problema en aumento. La dotación diaria de agua por habitante es de 219 litros, contra 300 litros por día que establecen los estándares, por lo que en tiempo de sequía existe un déficit que da origen al sistema de “tandeos”, los cuales se hacen cada vez más frecuentes en la ciudad.
Si no se detiene, o se regula con seriedad, el crecimiento de Xalapa, nos enfilamos al caos. Administraciones van y vienen, pero todos se desentienden de las soluciones de fondo y un problema va originando otro.