Desde su fundación, Campeche atravesó por diversos problemas, empezando por mantener su propia identidad ante la llegada de los españoles, adecuándose a las nuevas condiciones para poder aguantar los infortunios. Pero sin lugar a dudas, una las grandes batallas que la ciudad enfrentó fue el acecho constante de los piratas.
Para eso se construyeron las llamadas “murallas de Campeche”, que son las edificaciones que históricamente sirvieron como defensa de la ciudad. A fines del siglo XIX, sin embargo, se empezó la “modernización de la ciudad”, y con ella, comenzó a destruirse dicho sistema defensivo.
La instalación de comercios y puntos de servicios, así como proyectos de vialidad de diversas épocas, llevaron finalmente a la demolición parcial pero severa de las murallas. En diciembre de 1999, la ciudad de San Francisco de Campeche fue nombrada por la UNESCO “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.
El último capítulo en la historia del muro defensivo, fue la asignación de 50 millones de pesos para su remodelación, que incluye también la construcción de 76.70 metros de muralla. Este proyecto, lejos de beneficiar, parece resultar perjudicial: basta con preguntarles a los comerciantes que tuvieron que cerrar sus negocios, además del cierre del paso a las patrullas y a los camiones recolectores de basura.
La pregunta es: ¿valdrá la pena?