Niños migrantes

martha
Martha Beatriz Córdova Bernal
Diputada federal de Movimiento Ciudadano por el estado de Chihuahua

Desde 2008 a la fecha, Estados Unidos ha destinado más de 350 mdd para programas de seguridad al sur del territorio mexicano, donde a lo largo y ancho del río Suchiate hay soldados con visores nocturnos, lectores biométricos y lanchas rápidas, para contener el paso de migrantes centroamericanos por territorio mexicano hacia Estados Unidos.

La crisis humanitaria está desenfrenada y la oleada de niños centroamericanos viajando solos no es otra cosa que el resultado fallido de las políticas socio-económicas de los países de Centroamérica. Estos niños se exponen a todo, arriesgan su vida por salir de la miseria, viajan buscando prosperidad, no les importa morir asfixiados, sufrir mutilaciones, deshidratación, ser violados, masacrados, o lo más común, caer en manos de bandas delictivas que los ocupan trasladando drogas. Una vez que llegan a su destino y entregan su cargamento están a merced de los delincuentes.

Para estos niños no es difícil salir de su país, sino el paso de la frontera sur de México y por nuestro país, ya que están expuestos a ser explotados. Los gobiernos Centroamericanos no están haciendo nada por contener el éxodo de menores. Las estrategias mal implementadas de parte del gobierno de México, también hacen que menores mexicanos emigren solos en busca de una mejor vida, siguiendo los pasos de familiares o conocidos que ya se encuentran en Estados Unidos.

Los niños mexicanos corren con la misma suerte que los centroamericanos. Aunado a la problemática de riesgo expuesta anteriormente, se suma que cuando la patrulla fronteriza detiene a niños en la frontera, los deporta por otra frontera diferente a la que cruzaron, poniéndolos en una total indefensión.

Según datos del gobierno estadounidense, en lo que va del año más de 50 mil menores de edad han llegado a su territorio sin sus padres y han sido detenidos por la Border Patrol. De ellos, más del 25% son mexicanos. Se estima que al final del año serán aproximadamente 100 mil.

Por ley, los menores centroamericanos no acompañados, después de ser detenidos por la patrulla fronteriza son enviados con personal de la Oficina de Refugiados de Estados Unidos, la cual tiene la responsabilidad de cuidarlos temporalmente y ayudarlos a encontrar a su familia.

En el caso de los menores mexicanos, son entregados en la frontera al Instituto Nacional de Migración, que los traslada a refugios temporales del DIF mientras contactan a sus parientes. Si se prolonga su estancia, pernoctan en albergues destinados a menores de edad, en condiciones deplorables como hacinamiento, falta de alimento, atención médica y lugar donde dormir.

En términos de seguridad pública, esta administración ha sido fallida, ya que “México está viviendo la peor crisis de seguridad humana desde la revolución”, según Edgardo Buscaglia, ex consultor de la ONU.

La verdadera emergencia humanitaria se extiende a lo largo de la ruta migratoria hacia Estados Unidos, desde los barrios azotados por la violencia en Centroamérica, las peligrosas líneas ferroviarias y centros de detención en México, y los amenazantes desiertos estadounidenses.

La principal estrategia para mitigar la migración consiste en mejorar los niveles de desarrollo en México y Centroamérica, opinan especialistas, que detallan las condiciones que dificultan la articulación de una estrategia conjunta entre Estados Unidos, México y Centroamérica.

Movimiento Ciudadano ha presentado un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Relaciones Exteriores a hacer un enérgico llamado a Estados Unidos para que garantice los derechos humanos de los miles de niños migrantes que ingresan a su territorio. Debemos obligar al ejecutivo a revisar la política económica que cada día produce más pobres, inseguridad y un alto índice de violencia en México. Es necesario un cambio de actitud hacia los migrantes y refugiados por parte de todos, una actitud basada en la cultura del encuentro, para construir un mundo más justo y fraterno.