El uso de marcapasos va en aumento, a la par que se incrementan de las enfermedades cardiológicas, las cuales se han asociado a una mayor incidencia de obesidad y diabetes en nuestro país. Por esta razón, se requiere promover la cultura de la revisión y efectuarla por lo menos una vez al año para diagnosticar, controlar y/o prevenir los factores de riesgo cardiovasculares, aseguró el especialista,
Vidal Reyes Barrera. Anualmente se colocan 15 mil dispositivos en México, de acuerdo con Medtronic (casa distribuidora de marcapasos) y con base en las importaciones de marcapasos que reporta la Secretaría de Economía.
Cabe recordar que México se encuentra entre los primeros lugares en diabetes y obesidad en el mundo. De hecho, siete de cada diez mexicanos padecen sobrepeso u obesidad. Frente a este panorama, es importante identificar y controlar los factores de riesgo cardiovascular que se clasifican en modificables y no modificables. Entre los primeros se encuentran la diabetes, hipertensión, tabaquismo, obesidad y sedentarismo.
Mientras que los no modificables tienen que ver con la edad, porque los hombres mayores de 40 años y las mujeres mayores de 45 años son más propensos a sufrir problemas del corazón. Otro elemento a considerar es el sexo, debido a que el género masculino tiene mayor predisposición a cardiopatías. En ambos casos influye la herencia pues si los padres presentaron embolias, infartos, hipertensión, diabetes, colesterol alto u obesidad, es factible que los hijos padezcan enfermedades cardiovasculares.
El especialista subrayó que cuando una persona presenta dos o más factores de riesgo, automáticamente es candidata a padecer problemas del corazón, por lo tanto requiere de una valoración cardiológica periódica. “Es lamentable que la gente crea que al no tener síntomas está sana; ignoran que existen enfermedades que pueden ser asintomáticas”.
Para determinar si una persona requiere un marcapaso, habitualmente se debe realizar el estudio denominado Holter, en el que durante 24 horas se monitorean los latidos del corazón del paciente, por tanto, si la cantidad de latidos está disminuida (latido lento) o si existen interrupciones recurrentes del latido (bloqueos) se toma la decisión de colocar el dispositivo. Sin embargo, el cardiólogo destacó que este método diagnóstico está subutilizado en nuestro país, pues el estudio sólo se realiza en forma privada o en los hospitales de tercer nivel de nuestro Sistema Institucional de Salud.
Vidal Reyes explicó que los marcapasos son dispositivos generadores de pulsos eléctricos, que al ser mini computadores se programan para determinar el número de latidos por minuto que requiere la persona, dependiendo de su actividad física. Eventualmente la mayoría de la gente llega a necesitar este dispositivo, porque el “marcapaso natural” del corazón se desgasta con los años. Esta situación provoca bloqueos (disminución o lentitud) en la conducción del impulso eléctrico de cada latido. Lo que a su vez genera que se manifiesten los denominados datos de bajo gasto, que conllevan presión baja, mareo, síncope (desmayos), presíncope (sensación de desmayo), fatiga, frecuencia cardiaca lenta y descontrol en la presión arterial, la cual tiende a disminuir.
Tipos y características de marcapasos
Cuando se determina que la persona requiere de dicho dispositivo, se analiza su ritmo de vida y edad, ya que en la actualidad existen diversos modelos que se adaptan a las necesidades de cada sujeto. “Después de los 50 años es normal que la cantidad de latidos empiecen a descender paulatinamente, la mayoría de la gente se adapta y vive así; pero hay quienes presentan mayor bradicardia o bloqueos, acompañados de datos de bajo gasto, por lo que llegan a requerir el marcapaso”, destacó Vidal Reyes. Este aparato puede funcionar las 24 horas, sólo cuando el “marcapaso natural” del corazón del sujeto ya no es capaz de generar ningún latido.
Sin embargo, es más frecuente que su uso sea de forma intermitente, en este caso, la necesidad o no del latido la percibe automáticamente el marcapaso, lo que a su vez permite el ahorro de la batería. Habitualmente se programa a 60 latidos por minuto, pero existe la opción para aumentar los latidos dependiendo del dinamismo físico.
El dispositivo también cuenta con una función nocturna que disminuye la cantidad de latidos durante el sueño. Reyes Barrera explicó que los beneficios de estos aparatos son obtener una vida mejor o normal, pues hay quienes retoman sus actividades, hacen ejercicio y se valen por sí mismos. “Por ejemplo el paciente de 70 años, que llega al consultorio con andar lento, mareo e inseguridad asociado a sus latidos lentos, una vez diagnosticado y al colocarle el dispositivo, su vida cambia drásticamente, se siente más vigoroso y le permite mayor calidad de vida”.
Los pacientes que utilizan marcapasos suelen tener entre 40 y 80 años de edad; sin embargo cada vez existe más gente joven que requiere este dispositivo, un ejemplo de ello, son los pacientes con síncope neurocardiogénico, enfermedad que provoca desmayos, baja de presión y bradicardia, incluso desaparición momentánea de latidos debido a dicha disautonomía. “Este aparato ayuda a controlar la sintomatología de estos pacientes, ya que dejan de presentar desmayos y retoman la confianza para realizar sus actividades”. Vidal Reyes explicó que el marcapasos más sencillo denominado unicameral, cuenta con un cable conductor de impulsos eléctricos que se coloca en el ventrículo derecho del corazón para estimular la generación de latidos.
Por otra parte, el bicameral posee dos cables; uno se implanta en la parte superior de la aurícula derecha, para sustituir al marcapasos natural que genera un impulso eléctrico automático que viaja a la parte central y media del corazón, y el otro cable se coloca en la punta del ventrículo derecho. De tal forma que el primer cable inicia el latido y el segundo lo termina.
El médico comentó que la diabetes, los infartos, la hipertensión y el desgaste pueden provocar que el corazón se dilate y disminuya su fuerza cardiaca, lo cual se denomina como insuficiencia cardiaca; esto implica que el bombeo del corazón no sea óptimo para hacer llegar el riego sanguíneo a los órganos.
En este caso se utilizan los marcapasos llamados tricamerales, que como su nombre lo indica poseen tres cables. El primero se implanta en la parte superior de la aurícula derecha, el segundo en la punta del ventrículo derecho y el último en la parte izquierda del corazón, con este último cable se logra incrementar la fuerza del corazón, lo cual se traduce en menor incapacidad de los pacientes. “Con este marcapasos se obtiene más tolerancia al ejercicio y se genera una mayor funcionalidad del paciente”.
Posteriormente, dijo que uno de los grandes inventos es el marcapasos para arritmias letales, llamado desfibrilador automático implantable o cardioverter. Este cuenta con un sensor que detecta la arritmia letal -puede latir demasiado rápido (taquicardia), o de manera irregular-, al activarse el protocolo, el marcapaso realiza una descarga eléctrica, una especie de electroshock interno, que hace que cese la taquicardia.
Las personas con taquicardias letales, son candidatos a utilizar este dispositivo. Sin embargo, su alto costo es una limitante para nuestras instituciones públicas de salud, en comparación con un marcapasos sencillo que cuesta en promedio 25 mil pesos. Cabe señalar que la pila de los marcapasos dura de siete a 12 años, dependiendo del grado de dependencia, es decir, de su uso. Recientemente se han creado dispositivos con extra-pila, aunque su costo es el doble, el paciente se evita un segundo cambio de marcapaso, lo que implica menores molestias y gastos a largo plazo (pago de hospital, honorarios médicos y otra pequeña incisión). Además, con el paso del tiempo se han mejorado los materiales y su tamaño se ha reducido significativamente.
Aunque sus costos no han disminuido. En un futuro cercano se espera realizar el implante de marcapaso sin cables, de los cuales se están realizando pruebas.
Por otra parte, Vidal Reyes comentó que los dispositivos deben revisarse para saber las condiciones de funcionalidad; para ello un técnico de la empresa respectiva acude a verificarlo anualmente. Sólo en caso de necesitarlo se reprograma el aparato con la llamada telemetría, que funciona de forma similar a un Bluetooth. Prevención y visita periódica al médico.
En la actualidad aún prevalecen mitos entorno a que su implantación es a corazón abierto, cuando en realidad sólo se realiza una pequeña incisión cerca de la clavícula donde queda el dispositivo; a continuación se punciona una vena por donde se introduce un pequeño cable (encargado de enviar los impulsos eléctricos que regulan la frecuencia cardiaca) hasta el interior del corazón. “Incluso el mismo día, el paciente puede regresar a su casa”, destacó Vidal Reyes.
Así como esta idea errónea, existen diversos prejuicios entorno a portar este aparato, como el no poder utilizar un horno de microondas, ya que se pueden manejar siempre y cuando la persona programe el aparato y se retire dos metros. También, sin ningún problema se puede pasar por debajo de los detectores de metales, aunque sonará la alarma, no afecta al dispositivo y de igual forma, las personas reciben una credencial que los respalda como portadores de marcapasos.
En cuanto a los teléfonos celulares tampoco interfiere su funcionamiento, pero se recomienda colocarlo de lado contrario a donde está situado el dispositivo; “a veces el paciente se angustia por estos prejuicios, pero se les otorga un manual donde se explican las recomendaciones, el problema es que seguramente la gente no lo revisa”, comentó el especialista.
Otro aspecto que el cardiólogo destacó es que a los pacientes se les advierte sobre las complicaciones que podrían suscitarse en la intervención, las cuales se llegan a presentar en un porcentaje realmente bajo (2.2% en nuestro país), además habitualmente resultan manejables y reversibles.
Entre las posibles complicaciones, están el neumotórax (presencia y acumulación de aire exterior o pulmonar en la cavidad de la pleura), arritmias cardiacas, sangrado, infección de la herida y rechazo del dispositivo, entre otras. Reyes Barrera, comentó que la historia cambió a partir de 1950 cuando se creó el primer marcapaso, desde entonces no han dejado de evolucionar.
“Nos tocó vivir en esta época, en la que hay muchas personas a quienes se les ha introducido un dispositivo pequeño en el cuerpo para suministrar electricidad artificial a sus corazones. Hoy en día, un marcapaso se ha convertido en un elemento indispensable para muchos pacientes, tal como lo es el oxígeno, el agua y la alimentación”.
La recomendación, es la prevención y visita periódica al médico para efectuarse estudios cardiológicos y descartar alguna patología, aunque el especialista reconoció que en nuestro país no existe la cultura de prevención. Para concluir, Vidal Reyes dijo que frecuentemente “se cree que los adultos mayores permanecen en inactividad debido a la edad, sin embargo el motivo real podrían ser latidos lentos o arritmias.
Es importante la detección a tiempo, porque con un marcapaso muchas personas retoman sus actividades y mejoran su calidad de vida”.