En 1952 durante una exposición de pintura y escultura en la Galería de Arte Mexicano, el artista Mathias Goeritz conoció al empresario mexicano Daniel Mont, quien le comisionó la edificación de un lugar bajo la premisa “haga lo que se le dé la gana”. Así fue como Goeritz concibió El Museo Experimental El Eco en la calle de Sullivan de la Ciudad de México, que diseñó como una estructura poética cuya disposición de corredores, techos, muros, recintos y vanos llevaban a sus visitantes a reflejar su experiencia del espacio en un acto emocional, concepto que desafiaba los intereses dominantes del funcionalismo en la arquitectura.
Este espacio permitió a su autor y a su mecenas la creación de una plataforma para las artes sin precedentes en el contexto del arte mexicano e internacional de los años cincuenta. En 2004, la Universidad Nacional Autónoma de México compró el edificio y reabrió sus puertas el 7 de septiembre de 2005, después de varios meses de trabajo para restaurar el edificio a su estado original.
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