El Excmo. Qiu Xiaoqi, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Popular de China en México, estuvo el pasado jueves 24 de julio en la sede de Movimiento Ciudadano donde impartió una conferencia sobre el desarrollo económico y social de su país, y las relaciones de China con América Lantina y México.
En su exposición el Sr. Qiu Xiaoqi se refirió al gran interés internacional que ha despertado el rápido desarrollo de su país en las últimas décadas. Dijo que a partir de la fundación de la República Popular China en 1949, “dio inicio una época en la cual el pueblo se ha convertido en el verdadero dueño del país”, y que gracias a ello China ha logrado sentar una base económica e industrial integral.
Refirió también que en el año 1978, el Partido Comunista de China (PCCh) celebró una reunión histórica en la que se dio inicio al proceso de ‘Reforma y Apertura’. A partir de entonces y hasta el año pasado, el producto interno bruto (PIB) del país aumentó de 260 mil millones de dólares, a 9.5 billones; es decir, un crecimiento de 9.8 por ciento en promedio durante casi 40 años; y el ingreso per cápita se elevó 16 veces: es hoy de más de seis mil dólares anuales.
De esta manera, China se ha convertido en la segunda economía más importante del planeta. Su tasa de contribución a la economía mundial representa cerca del 30 por ciento, lo que sitúa al gigante asiático en el primer lugar, por encima de la contribución económica de Estados Unidos al crecimiento económico mundial.
El año pasado, el comercio total de mercancías chinas sobrepasó los cuatro billones de dólares, lo que colocó al gigante asiático como la primera potencia comercial del mundo. Y si se logra mantener el pronóstico de crecimiento de 7.5 por ciento al final de este año, precisó el embajador Qiu Xiaoqi, el volumen económico podría alcanzar diez billones de dólares, es decir, el trece por ciento del PIB mundial, equivalente a más de la mitad del tamaño económico actual de Estados Unidos; China rebasaría así el monto total de las economías de Alemania, Francia y Gran Bretaña, juntas. Todo lo cual convierte también a China en uno de los inversores más importantes del mundo.
Además del crecimiento económico, el embajador Qiu Xiaoqi definió los logros políticos y sociales alcanzados por su país en las últimas cuatro décadas: “Tomamos la democracia popular como la vía del socialismo y persistimos en que todo el poder le pertenece al pueblo; por eso en los últimos años hemos tratado de acelerar la sistematización de la política democrática socialista, para construir un país socialista de derechos y para desarrollar y perfeccionar una democracia popular más amplia, más plena y más sana. El hombre es lo más importante, todo el desarrollo debe beneficiar al pueblo y debe apoyarse en el pueblo. Por eso hemos aumentado enormemente las inversiones en el campo social, tales como cultura, educación, salud pública, y ciencia y tecnología”.
Mencionó que hoy en día la educación en China, en cuanto a su dimensión, ocupa el primer lugar en el mundo. Se ha logrado generalizar la educación obligatoria de nueve años y se ha alcanzado la gran meta de eliminar el analfabetismo en la juventud.
En el campo de seguridad social, se ha materializado la cobertura total de asistencia médica para una población de mil 300 millones de habitantes. “Eso no se había realizado nunca en la historia humana”, dijo.
En cuanto a ciencia y tecnología China tiene avances que han contribuido mucho al desarrollo económico del país, como el ferrocarril de alta velocidad, la energía nuclear y las redes inteligentes de electricidad. Todas estas tecnologías están a la vanguardia en el mundo. El embajador puso como ejemplo que hoy en día hay poco más de 20 mil kilómetros de líneas ferroviarias de alta velocidad en todo el planeta, de las cuales once mil kilómetros están en China; y para finales de este año o principios del próximo, se habrán terminado de construir diez mil kilómetros más. Este nuevo modo de transporte y comunicación ha cambiado de manera esencial la estructura económica de China y el modo de vida del pueblo. Ejemplificó: “de Pekín a Shangai, las dos ciudades más importantes del país, existe una distancia de mil 500 kilómetros. En tren de alta velocidad, rápido, cómodo, seguro, uno puede llegar en cinco horas a cualquiera de ambos puntos. Nuestro transporte ferroviario es realmetne muy moderno”.
VISIÓN DE LARGO PLAZO
No obstante los logros alcanzados, el embajador Qiu Xiaoqi reconoció errores del pasado, como el ‘Gran Salto Hacia Adelante’, a finales de los años 50, un movimiento que buscaba transformar rápidamente la economía atrasada de China y que causó muchas pérdidas; igualmente recordó la llamada ‘Gran Revolución Cultural’, que significó diez años de caos político, que terminaron en 1976 y que pusieron a China al borde del fracaso económico.
Advirtió que por fortuna “nuestro partido sabe cómo corregir los errores y abrir nuevas páginas en su historia”. Recordó entonces lo que historiadores y analistas han señalado como el “parteaguas” chino, que implicó dejar atrás la revolución cultural. “La reunión que tuvimos en 1978 para hacer una revisión a fondo de lo que ocurría, y cómo convertir a China en una potencia mundial, fue determinante. Lo más importante fue confirmar la línea ideológica, liberar las mentes, pero en adelante buscar la verdad en los hechos. Son palabras muy simples, pero se trató de una línea ideológica esencial para el posterior desarrollo de las siguientes cuatro décadas”.
“Al hablar de Reforma y Apertura, no podemos dejar de mencionar al señor Deng Xiaoping; él fue el gran arquitecto del proceso”, continuó el embajador. “El cambio de mentalidad fue fundamental para el desarrollo de China. Deng Xiaoping tuvo una frase que se hizo muy famosa: No importa el color del gato, lo más importante es que cace a los ratones”. “Ahora, después de 36 años de Reforma y Apertura, estamos otra vez en un momento muy importante. En estas primeras décadas logramos resolver los problemas que queríamos resolver; pero fueron problemas relativamente fáciles en comparación con lo que falta por hacer. Ahora nos toca solucionar los problemas más profundos y esenciales para el ulterior desarrollo de China”, dijo.
Mencionó, asimismo, que las dos grandes metas de China para los próximos decenios son: en el año 2021, cuando se cumplan 100 años de la fundación del Partido Comunista Chino, duplicar el PIB y el ingreso per cápita con respecto a los indicadores de 2010; es decir, doblar en once años el tamaño de la economía. Con ello se pretende materializar la construcción de una sociedad socialista ‘relativamente acomodada’, lo cual significa que para entonces China no será todavía un país desarrollado, pero la vida de su pueblo habrá mejorado sustancialmente.
La siguiente meta está proyectada para el año 2049, en el primer centenario de la fundación de la República Popular de China: materializar la modernización del país para que China se convierta en un país próspero, democrático, civilizado y armonioso, cuatro términos que, puntualizó el embajador, “caracterizarán a la China del futuro”.
De igual manera habló de los planes en curso para modernizar el sistema de administración y la capacidad de gobierno de su país, sobre todo, elevar el papel del mercado de ‘fundamental’ a ‘decisivo’. “Cambia una palabra, pero cambia una mentalidad. No debemos subestimar la importancia del cambio de una palabra”, enfatizó, para añadir: “Según nuestro pronóstico, en los próximos cinco años la importación de mercancías hacia China va a sobrepasar los diez billones de dólares y vamos a hacer una inversión total de quinientos mil millones de dólares en todo el mundo. El número total de turistas chinos que saldrá del país será superior a 500 millones de personas, y la derrama económica de ese turismo llegará a cerca de 600 mil millones de dólares. Con estas cifras, ustedes pueden entender perfectamente que China, con su propio desarrollo, va a hacer también una importante contribución al desarrollo económico de todo el mundo”. Y agregó que, “hasta el momento, sólo entre 40 y 50 mil turistas chinos visitan anualmente a México; si una pequeña parte de esos 500 millones viene a México, será una importante contribución para este país”.
“La política de Reforma y Apertura de China”, dijo, “no tiene como objetivo enriquecer a una pequeña parte de la población, sino lograr un enriquecimiento colectivo. Buscamos eficiencia en una economía de mercado, pero con el socialismo queremos que la riqueza se distribuya con justicia. Es decir, buscamos construir una economía de mercado socialista, una política democrática socialista, una cultura avanzada socialista, una sociedad armoniosa socialista, una civilización ecológica socialista, para tener un desarrollo integral de los seres humanos.”
PROBLEMAS POR SUPERAR
En otra parte de su plática con cuadros dirigentes de Movimiento Ciudadano, el embajador Qiu Xiaoqi aclaró que China todavía es un país típicamente en vías de desarrollo. Explicó: mientras en la franja costera del este el nivel de desarrollo es relativamente alto y hay ciudades tan modernas como las de países del primer mundo, en las amplias zonas del centro y del oeste el nivel de desarrollo económico y social es relativamente bajo, e incluso bastante bajo en algunas regiones. “Es el tercer mundo de China”, precisó. “Frente a este desequilibrio económico y social, todavía nos queda mucho por hacer”.
Sobre los problemas que enfrenta actualmente China, el diplomático mencionó la superpoblación (mil 300 millones de habitantes) y la presión del empleo. “Cada año nace una Australia en China, es decir, cerca de 30 millones de habitantes. Y tenemos que ofrecerles empleo también cada año. Si no se resuelve el problema de ocupación laboral, entonces no podemos mantener la estabilidad política y social del país”.
Otros problemas son la contaminación, que ha crecido junto con el rápido desarrollo, y el envejecimiento de la sociedad que acompaña a la elevación de la esperanza de vida.
Por todo ello, dijo el embajador, durante largo tiempo, China continuará siendo un país en vías de desarrollo. Sin embargo, añadió, el pueblo chino tiene una gran confianza, porque la historia ya demuestra que el camino escogido es correcto para la realidad de China.
“No voy a decir que es un camino para otros países, porque cada país tiene su realidad, su situación. Por eso, nunca recomendamos que apliquen la misma política en su propio país, porque muy probablemente no será conveniente. China tiene sus propias realidades y características”, agregó.
RELACIONES CON MÉXICO Y AMÉRICA LATINA
En cuanto a las relaciones de China con América Latina, el embajador hizo referencia a las recientes visitas del presidente Xi Jiping a la cumbre de BRICS en Fortaleza, Brasil, a la reunión entre China y la CELAC, en Brasilia, y a las visitas de Estado realizadas a Argentina, Venezuela y Cuba, actividades en las que se lograron muchos consensos para establecer relaciones de cooperación sobre las bases de la igualdad, beneficio recíproco y desarrollo compartido. También, se acordó realizar el foro entre China y América Latina y el Caribe, que tendrá su primera reunión, a nivel ministerial, a finales de este año o a comienzos del 2015.
“Una cosa que se debe mencionar es esta nueva estructura de cooperación que consiste en uno-tres-seis”, dijo. Uno, explicó, se refiere a formular un plan de cooperación entre China y América Lanita y el Caribe para los próximos cinco años, del 2015 al 2019. Tres, significa que la cooperación va a consistir en comercio, inversión y cooperación financiera, como su principal fuerza motriz. Y seis, son las grandes áreas para la cooperación: energía y recursos naturales, infraestructura, agricultura, industria manufacturera, ciencia y tecnología, y tecnología informática.
China ya es el segundo socio más importante de México, y México es el segundo socio comercial más importante de China en América Latina, después de Brasil. “A mi juicio, estos lazos que nos unen han sobrepasado el ámbito bilateral y cobran cada vez más importancia estratégica y global. China toma a México como un socio estratégico a nivel mundial, no sólo un socio importante en América Lanita, sino un socio importante para nuestra estrategia mundial”, concluyó el embajador Qiu Xiaoqi.