El Centro Histórico no es solo el corazón político y cultural de la ciudad y del país, sino también el eje de la identidad nacional. El carácter monumental de sus edificios impresionó, a principios del siglo XIX, al barón Alexander Von Humbolt, quien le dio a la capital el sobrenombre de “La Ciudad de los Palacios”. Es considerado el más importante de América por su tamaño y concentración de tesoros artísticos, por lo que fue proclamado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.
Fundada en 1352 sobre un islote del lago de Texcoco, la actual Ciudad de México es la urbe habitada más antigua de América. Pocos años después de ser conquistada por los españoles, sobre las ruinas de la metrópoli prehispánica empezó a levantarse la sede de los poderes del Virreinato de la Nueva España. El Centro Histórico hoy en día es en su mayoría producto de esta etapa.
Enmarcado por ruinas prehispánicas, edificios coloniales y construcciones de principios y mediados del siglo pasado, el Centro Histórico no deja de ser un espacio vital y moderno. Entre manifestaciones, turistas, boleros y hasta perros callejeros, el centro continúa siendo un punto de referencia obligado en nuestro país.
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