Con esta edición especial, correspondiente a marzo de 2016, El Ciudadano cumple tres años de edad.
Lo hace con la reivindicación de los principios que alentaron su nacimiento en marzo de 2013: ser leales a las aspiraciones, las demandas, las necesidades, los sueños, los deseos y las esperanzas de una sociedad desplazada por la alianza funesta entre la partidocracia y la élite en el poder.
Los hacedores de El Ciudadano ratificamos hoy este compromiso, no sin una sincera expresión de gratitud a quienes cada mes escudriñan sus páginas.
Hemos dicho, y lo sostenemos, que nos dignifica ser críticos responsables, firmes opositores a los desvíos y los abusos del grupúsculo que ha desplazado a los ciudadanos de los centros de decisión.
Ha sido una lucha política dura y difícil de Movimiento Ciudadano, la organización fundada el 1° de agosto de 1999 con el nombre de Convergencia, y que hoy auspicia y hace posible la existencia de este importante espacio de libertad que es El Ciudadano.
Así como la crítica responsable y la oposición propositiva nos dignifican, la necia resistencia al cambio también nos vivifica para perseverar en el esfuerzo.
Son demasiados los agravios acumulados, muchos y perversos los engaños, abundantes las mentiras, dolorosos los abusos cometidos en contra de los pobres entre los pobres y contra los indefensos, como para desentendernos de los graves problemas sociales que enfrenta nuestra nación.
Desde el Congreso de la Unión, desde la acción de las organizaciones sociales y culturales, desde los liderazgos comprometidos con el cambio, desde nuestro cotidiano batallar político, desde los ayuntamientos hoy gobernados por genuinos ciudadanos, nuestro Movimiento no claudicará.
Crecemos cada día. Este crecimiento es el que preocupa a la partidocracia y a sus mecenas. De ahí los golpes. De ahí las intrigas. De ahí la cerrazón.
No claudicaremos.