UNA NUEVA MANERA DE ENTENDER EL PERIODISMO

Arturo Sánchez Meyer

Arturo Sánchez Meyer

ENTREVISTA CON EL COMUNICÓLOGO PATRICIO DE LA FUENTE GONZÁLEZ-KARG

“La industria editorial está cambiando, y son los lectores los que protagonizan ese cambio”, declaró Evgeny Lebedev, propietario del periódico británico The Independent, uno de los diarios ingleses más emblemáticos, el cual se imprimió por primera vez en 1986 y ahora, 30 años después, dejó el formato en papel para convertirse en un medio exclusivamente digital. “Ellos (los lectores) nos muestran que el futuro es digital”, puntualizó Lebedev. En 1990, sólo cuatro años después de su creación, las ventas impresas de The Independent ascendían a 423 mil ejemplares diarios; ahora sólo llegan a 40 mil.

El caso de The Independent no es el único y no será el último: el pasado 3 de marzo, el periódico español El País, el diario más vendido en España y el medio de comunicación de habla hispana más visitado y leído en el mundo (en México es el tercer periódico en línea más consultado), dio a conocer, por medio de una carta abierta al público, que tomarán medidas paulatinas con la finalidad de llegar a ser un periódico exclusivamente digital.

PERFIL“Empiezo a tener la impresión de que el paso del papel a lo digital es sólo uno y no el más grande de los muchos pasos que los periódicos tendremos que dar hasta alcanzar nuestro verdadero espacio futuro”. Escribió en esta carta el director de El País, Antonio Caño, donde también advertía sobre varios recortes necesarios en la nómina de este diario español.

Ante tal panorama y para arrojar luz sobre este incierto momento por el que atraviesan los medios de comunicación en general, pero sobre todo el periódico impreso, hablamos con Patricio De La Fuente González-Karg, periodista, experto en comunicación, y quien ha pasado por agencias de comunicación, de publicidad, así como por televisión, radio y periódicos. Sin duda, una autoridad en la materia que comparte con los lectores de El Ciudadano sus puntos de vista y su visión a futuro sobre el periodismo.

Todos los periódicos a nivel mundial han tenido que reducir su tiraje

No debemos afrontar esta crisis con nerviosismo sino con inteligencia. Me gustaría poner un ejemplo que tiene que ver con la industria automotriz: Lee Iacocca fue un emblemático hombre de negocios en Estados Unidos, uno de los creadores del automóvil Mustang; también fue director de la compañía Ford, pero al pasar algunos años, el nieto de Henry Ford lo sacó a patadas de la compañía. Así llegó a Chrysler y le dio la vuelta a esta empresa que estaba muy endeudada. ¿Cómo lo hizo? Primero identificó cuál era el problema y el modelo de negocios.

Coches siempre vamos a necesitar, y en esta comparación que estoy haciendo con la prensa impresa, me podrías decir que el periódico es algo que podemos desechar, pero me parece que el meollo del asunto está en el modelo de negocios. Iacocca entendió cuáles eran las necesidades del mercado en ese momento y se sacó de la manga la minivan, con lo cual revolucionó la industria automotriz y le cerró la boca a la gente que decía que vender este tipo de autos era imposible.

El periodismo está en crisis, todas las instituciones a nivel mundial están bajo escrutinio. Lee Iacocca hablaba en sus libros sobre regresar a lo básico. Hay puntos de inflexión en la historia donde el ser humano se cuestiona todo lo que le rodea. Hoy estamos en uno de esos puntos de inflexión. Están bajo escrutinio la iglesia, los partidos políticos, los gobiernos, el sistema financiero como lo conocemos y, por supuesto, los medios de comunicación. El reto entonces es encontrar un modelo y ver cómo lo hacemos viable.

Creo que hay tres etapas en el periodismo, por lo menos en el tiempo en que yo lo he vivido. La primera ha sido el periódico impreso, que en mi opinión no va a desaparecer, sin embargo, sí existe un hecho insoslayable: todos los periódicos a nivel mundial han tenido que reducir su tiraje. El segundo momento fue cuando empezamos a incursionar en el periódico online. Esta primera apuesta en Internet fue de Jill Abramson (quien fuera directora del New York Times), cuando ella se dio cuenta de que la caída en el tiraje del periódico era estrepitosa, decidió empezar a cobrar ciertos contenidos en Internet. Le dijeron que estaba loca, pero en un año pudo hacerse de 300 mil nuevos suscriptores en línea, entendió el modelo. La tercera etapa la estamos viviendo hoy en día: es la generación de las aplicaciones móviles y cómo creamos y ofrecemos contenidos que les sean atractivos a los lectores, pero, sobre todo, cómo los vendemos.

Tenemos un espacio corto de tiempo para pensar y actuar rápido

Como te comentaba, creo que el periódico impreso no va a desaparecer, porque así como estamos cuestionando muchas cosas en estos tiempos, también hay un dejo de anhelo al pasado, las nuevas generaciones, los millennials, tienen métodos distintos de consumo. Las tiendas de discos de vinilo, por ejemplo, están resurgiendo, y de la misma manera se están rescatando cosas que ya se consideraban perdidas.

El periódico impreso tiene una parte muy romántica. Yo muchas veces no tengo tiempo entre semana para ponerme a leer todo el periódico, pero hablando de El País, por ejemplo, a mí me parece un objeto de culto, creo que es el mejor diario de habla hispana, su revista es espléndida, compila las mejores plumas, así que lo que hago es que el fin de semana, cuando ya se acumularon los impresos que llegan a mi casa, ocupo un tiempo para servirme un café, prender un puro y leerlo. ¿Por qué sigo a este periódico y estoy dispuesto a pagar por su contenido? Por sus articulistas y reporteros, porque las historias que narran las cuentan muy bien, porque no sólo reflejan un panorama de España sino que alcanzan una cobertura mundial.

Me parece que el diario impreso vive y seguirá viviendo tiempos muy complicados, pero también es cierto que somos animales de costumbres, y en México, en particular, somos una sociedad conservadora a la que le gusta repetir una serie de actividades. En los estados hay periódicos que son muy fuertes y tienen mucho arraigo, son medios que se han consolidado y crecido con diversas sociedades, se me ocurren muchos ejemplos: El Informador, de Guadalajara, El Diario de Yucatán, El Siglo de Torreón, etcétera.

Todos los mencionados anteriormente son periódicos muy emblemáticos. Lo que ocurre en estos casos es el hiperlocalismo: las personas que viven en el interior de la República lo primero que van a consumir es la sección local, eso es lo que más les interesa, después pasan a la parte nacional y a opinión para ver los aspectos trascendentes a nivel país. Este tipo de periódicos son el espejo, el retrato de lo que pasa en lo comunidad y eso los ha hecho subsistir.

Creo que las generaciones que hoy consumen medios impresos tienen un tiempo de vida de entre 20 y 30 años, tenemos un espacio corto de tiempo para pensar y actuar rápido. Veo complicado el panorama, pero no imposible.

Hay que ser muy contundente sin dejar de mantener el rigor en la información

Estamos saturados de información, yo no me puedo poner de ejemplo porque crecí en un entorno donde se lee y se consume información, soy periodista y soy comunicador, pero entiendo que entre la sociedad hay un cansancio mental absoluto. Cuando llego en las noches de trabajar lo último que quiero ver es un noticiero, lo que menos se me ocurriría poner en la televisión es una mesa de análisis, no importa si participan Lorenzo Meyer, Denise Dresser o José Carreño, no importa el espectro ideológico, es muy cansado, es agotador.

Tenemos los celulares, que por un lado son una “chulada” y por otro lado son una invasión absoluta a nuestra privacidad porque estamos bombardeados de noticias; sin embargo, a mí me parece que la apuesta del periodista, el éxito que puede llegar a tener, consiste en la capacidad de contar historias y dar un punto de vista diferente. Cuando tengo un mercado de editorialistas que van a consignar el mismo hecho, voy a consumir aquellos que me cuenten la historia de manera distinta, que me den una óptica que no sea repetitiva.

Es como cuando tú entrevistas a una persona, si agarras a un personaje que ha sido muy “manoseado”, al que todo el mundo ha entrevistado, le tienes que sacar otra veta que la gente no conozca, darle otra oferta, un giro, y de esa manera es como vas a poder captar al lector. La principal complicación es que la gente ya no lee como leía antes, entonces tienes que ser muy contundente sin dejar de mantener el rigor en la información.

Me parece que todos los que nos dedicamos a los medios de comunicación alguna vez hemos caído en el error de tratar al público, a los lectores, como si fueran menores de edad. Hoy nos enfrentamos a una sociedad muy crítica que está saturada de información, que se inclina en algunos casos por lo falso, por lo que le llama la atención, pero también son consumidores sumamente inteligentes, saben discernir, y como algunos medios están tan prostituidos, tan cuestionados, regresan a aquellos que antepongan siempre las dos únicas armas que tiene un periodista: la verdad y la credibilidad.

Los lectores siempre van a estar dispuestos a seguir una buena historia

Estoy absolutamente convencido de que el modelo de periodismo literario sirve y que seguirá funcionando. Ofrecerle a los lectores una historia bien contada es la mejor apuesta. Somos una sociedad voyerista, nos gusta que nos cuenten cosas, pero también nos interesa saber sobre los demás, y no me refiero a la prensa rosa. Piensa en Alfred Hitchcock, por ejemplo, en La ventana indiscreta, esa gran película con Grace Kelly, tenemos una cierta fascinación por mirar a través de esa ventana para ver las cosas.

Podemos poner también el caso de Truman Capote: en estos tiempos ¿qué interés puede tener para nosotros la alta sociedad neoyorkina de los años 60 y 70? Ninguna, pero Capote sabía contar historias y publicó una crónica que hizo que sus amigos de esa “realeza norteamericana” lo dejaran a un lado, y que después él muriera en el extravío y totalmente alcoholizado. Capote retrató tan bien lo que ocurría en La Côte Basque, que era un feudo donde se juntaban todas estas personas, lo retrató de una manera tan fina, lacónica, englobando toda su decrepitud moral, que La Côte se ha convertido en una lectura que hasta el propio Vanity Fair retomó en el aniversario del texto, contando la historia de cómo Truman Capote construyó La Côte Basque.

Me parece que hay que regresar a ese tipo de periodismo, el mercado que tenemos que ofrecer tiene que ser un abanico de todo, lo nuevo y lo viejo, sin perder nunca lo esencial. El periodista tiene armas que siempre van a ser necesarias, hoy se cree que ser periodista es estar en las redes sociales o ser “ocioso del café”, como yo les llamo, pero hay una serie de elementos y de instrucción que hacen del periodismo una profesión compleja, y en este oficio el instinto es fundamental. Hay ciertas cosas con las que el periodista nace y otras que tiene que practicar mucho, pero ambas deben estar presentes todo el tiempo. Creo que los lectores siempre van a estar dispuestos a seguir una buena historia.

El rigor es fundamental en el periodismo

También hacen falta esfuerzos culturales de otro tipo, como fueron en su momento la revista Vuelta o Nexos, radicalmente distintas en su manera de plantear las cosas, pero que llenaron espacios que finalmente configuran la libertad de la democracia como tal.

Pienso por ejemplo en el regreso de Carmen Aristegui: a mí ella no me parece indispensable, porque nadie es indispensable, pero sí es necesaria. Carmen tiene un nicho muy grande de personas que están insatisfechas y que requieren un cierto tipo de información. Para muchas personas Aristegui es un referente, para muchas otras polariza y divide. No nos vamos a poner de acuerdo porque en el periodismo, la comunicación y cualquier tipo de actuación pública, si buscas complacer a todo el mundo estas “frito”, nunca lo vas a lograr.

Sin embargo, hay un grupo de personas que sigue a Carmen Aristegui, a Sergio Aguayo, a Lorenzo Meyer, a Sergio Sarmiento, que es más de derecha, y de esta manera vamos llenando los nichos, así como también hay un público, desgraciadamente enorme, cuyo referente es el TvNotas, la revista más vendida de México.

También hay que tener muy en cuenta, en este aspecto del que estamos hablando, que sin importar a qué tipo de lectores te dirijas, hay algo fundamental en el periodismo que es el rigor. Yo puedo construir de todos lados una historia y contarla como me dé la gana, pero si no tiene sustento se va a caer. Vivimos en una saturación de información, pero también hay un exceso de inconsistencias en la información, ese es el gran reto a vencer.