Ambas trayectorias han generado beneficios al país y a la sociedad
En la décima edición del Premio Nacional “Benito Juárez” al Mérito Ciudadano, recibieron la presea la doctora Guadalupe Rivera Marín y el maestro Víctor Flores Olea, cuyas trayectorias han beneficiado al país y a la sociedad. En la ceremonia, el Coordinador Nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, sostuvo que la instauración del premio se inspira en el ideario y los principios del Benemérito de las Américas: patriotismo, valor e integridad.
En el aniversario 18 de Movimiento Ciudadano, celebrado el 5 de diciembre en el auditorio Hir del World Trade Center, Dante Delgado recordó la vida de Guadalupe Rivera Marín, hija de la escritora jalisciense Guadalupe “Lupe” Marín Preciado y del gran muralista Diego Rivera, de quienes heredó una profunda conciencia social, el compromiso con la cultura, el arte, el humanismo, la solidaridad con las causas del pueblo mexicano y su constante lucha a favor de la reivindicación de las mujeres.
Guadalupe Rivera Marín es doctora en Historia del Derecho Colonial por la UNAM. Fue directora del Centro de Estudios de la Revolución Mexicana, investigadora del muralismo nacionaly delegada del gobierno de la Ciudad de México en Álvaro Obregón. Asimismo se ha destacado como escritora y conferenciante, y desde hace 12 años dirige la Fundación Diego Rivera, en la que promueve la obra de su padre.
Su amplia formación académica, compromiso y entusiasmo, la han llevado a desempeñar cargos en el servicio público tanto en el ámbito político como cultural.Además de ser senadora por el estado de Guanajuato, en tres ocasiones fue diputada federal y se desemperñó como embajadora de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.
Delgado Rannauro sostuvo que la vida de Rivera Marín, así como su activa presencia en la vida pública de nuestra patria, la han convertido en una virtuosa mujer y en una ejemplar ciudadana. La escritora se dijo conmovida al recibir la medalla “que lleva el nombre de un mexicano ejemplar como Benito Juárez, quien dio su vida por México; pero además fue el hombre que desde una infancia pobre y triste, supo llegar a la presidencia de la República sin dejar en su camino un paso, una huella, un acto de deshonor. Si alguien en nuestra historia merece ser el héroe nacional por excelencia es precisamente Benito Juárez”.
En su discurso señaló que portar esta insignia implica sentirse identificada con la labor que hizo Juárez.
“No debemos permitir por nada de este mundo las ofensas, ni las humillaciones que quieren causarnos quienes no saben lo que es la grandeza de México”, concluyó.
Después Dante Delgado se refirió a la trayectoria de Víctor Flores Olea, destacado maestro universitario, diplomático, estudioso, analista y escritor de temas políticos nacionales e internacionales, narrador, ensayista y fotógrafo.
El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM también fue director de este plantel de 1970 a 1975; se destacó como embajador en la Unión Soviética de 1975 a 1976; subsecretario de Cultura en la Secretaría de Educación Pública de 1977 a 1978; vicepresidente de la Comisión de México para la UNESCO en 1977; representante de nuestro país ante esa organización de 1978 a 1982; subsecretario para Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores de 1982 a 1988; fundador y primer presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) de 1988 a 1992, y representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas en 1994.
Flores Olea es apasionado del arte implícito en las computadoras, el cine y la fotografía. Sus imágenes se han exhibido en América y Europa. Actualmente, llama “trabajo lúdico de pruebas y contrapruebas” a su búsqueda de arte en imágenes originales por computadora. Se inició en los años 50 en el periodismo de reflexión y análisis como codirector de la Revista Medio Siglo de la Facultad de Derecho, y posteriormente en la revista El Espectador, al lado de intelectuales mexicanos como Luis Villoro, Carlos Fuentes, Enrique González Pedrero, Francisco López Cámara, Jaime García Terrés y Porfirio Muñoz Ledo. Actualmente es investigador en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, conferenciante en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y articulista en el periódico La Jornada.
Dos obras fundamentales del escritor son Crítica de la Globalidad (1998) y Crisis de las Utopías, Anthropos, (2010), donde expone los diversos aspectos que implican globalidad, economía y política, así como las crisis del capitalismo y del socialismo. n
¿Cómo ves a México desde el extranjero?
Yo siempre pensaba: “extraño México, me quiero quedar aquí”. Pero en 2015, por primera vez en 14 años, dije: “ya me quiero ir”. Me sentí muy decepcionada de las condiciones en que veía al país, con tanta corrupción, tanto caos. La ciudad es un lío de tráfico, de obras, es como un sitio en construcción que no acaba nunca. Las calles están muy sucias, no hay empleo, la corrupción de los políticos, que ha existido siempre, ahora está aunada al cinismo. Ahora dicen: “sí y qué” o “mil disculpas, no lo vuelvo a hacer”. Es penoso que las únicas noticias que llegan a salir en el extranjero de México siempre son las más feas, y tú quieres convencer a la gente de que eso no es México, pero llego aquí y me encuentro con marchas, quejas, cosas que no se resuelven, maestros que protestan y protestan y el gobierno no responde. Todo el mundo me decía: “no salgas, no vayas a tal colonia, no tomes un taxi en la calle, asaltaron a mi amiga, secuestraron a tal…”, es como una paranoia.
Australia, se te olvida cerrar el coche, vas, vienes, y no pasa nada. Sí hay corrupción, pero cuando alguien es descubierto, inmediatamente lo sancionan, lo quitan y va a la cárcel; hay un robo o un asesinato y encuentran al culpable. No es que las cosas no pasen: pasan, como en todas partes del mundo, pero hay una ley, hay un orden, hay una manera de resolver las cosas. Se pagan muchos impuestos, pero las cosas funcionan.
Sin embargo, todo lo malo que pasa es una décima parte, porque el 90% del país es gente buena, trabajadora, admirable, porque puede vivir aquí con todo y contaminación y problemas. Yo también nací, crecí y viví aquí y lo soportaba, no lo notaba, porque uno quiere a su país, a su ciudad, a pesar de todo.
¿Regresarías a México?
Si hubiera la oportunidad de hacer algo bueno, interesante, positivo, creativo y no sólo en beneficio mío, sino para alguien más, sí, regresaría a México.
——-
Ideas principales del discurso
Flores Olea: la globalidad impone ahora dominio económico, político e ideológico
Después de recibir el reconocimiento, el internacionalista Víctor Flores Olea se refirió en un discurso a las presiones que se propone ejercer sobre México el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Consideró que en tiempos de globalidad la ocupación y el control sobre las naciones no se llevan a cabo necesariamente por la vía militar, sino con dominio económico, criterios políticos e ideológicos, así como la acumulación de capitales que se han concentrado en ciertas regiones, principalmente en el hemisferio norte.
En el futuro probablemente, dijo, el mayor peligro para México es Donald Trump, no sólo por las amenazas y advertencias que hizo en su campaña, sino porque ahora que está al frente del Ejecutivo de su país va a procurar ponerlas en práctica afectando el plano económico, político y social. Lo cual por un largo tiempo no sólo será un peligro, sino probablemente una situación angustiante y regresiva, principalmente para los mexicanos que viven allá.
Flores Olea consideró que Trump causó un verdadero escándalo mundial porque en su campaña electoral reveló una mentalidad profundamente persecutoria, discriminatoria, xenofóbica y machista. También señaló que con esta elección, tanto el partido Demócrata como Republicano resultaron debilitados al presentar tan severas diferencias y desacuerdos, y a su vez evidenciaron que ya no existe “bipartidismo estadounidense”.
El escritor sostuvo que Trump dejó a un lado los principios liberales y democráticos que en los siglos XVIII y XIX contribuyeron a forjar a dicha nación. Inclusive, los movimientos “antiestablishment” análogos al de Estados Unidos, se han replicado en otros continentes y hoy parecen definir, más que las ideologías en sentido estricto, las corrientes populares y críticas. Esta situación la calificó como grave, porque lejos de ser progresistas se pueden considerar “populismos de derecha” y destacó que los populismos son sin duda poderosos, pero carecen en general de una línea de ideas que conduzcan a fines determinados.
Por esta razón, sostuvo que la figura de Benito Juárez es clave para resistir y avanzar en un mundo lleno de amenazas, no sólo por su rectitud y firmeza para defender y preservar la soberanía del país, sino por su rectitud moral y pulcritud política, en tiempos verdaderamente azarosos. Además, concluyó que su patriotismo fue una pieza clave para que hoy en día sea considerado héroe de la Patria en la historia de México.